Como le ocurre a muchas mujeres, Nooyi necesitó parar un tiempo para cuidar de su padre. La empresa en la que trabajaba le ofreció un permiso de seis meses con goce de sueldo para ello. La exdirectiva recuerda este momento como un punto de inflexión que hizo la diferencia. Y asegura que este tipo de permisos permiten a los empleados, especialmente las mujeres, que no sacrifiquen dos ámbitos importantes en la vida de una persona: la familia y el trabajo.
“De muchas maneras, me saqué la lotería”, dice Nooyi, quien visitó México a finales de octubre para promocionar su libro autobiográfico ‘Mi vida plena: Trabajo, familia y nuestro futuro’, en el que repasa desde su infancia en India hasta su paso por Yale y cómo comenzó a escalar laboralmente hasta convertirse en una de las mujeres de los negocios más poderosas del mundo.
Nooyi es consciente de que no todas pueden lograrlo. La crianza de niños y personas mayores ha sido históricamente delegada a las mujeres y la falta de centros de atención pueden impedirles crecer profesionalmente, sobre todo, llegar a puestos de liderazgo. Tan sólo en México, las mujeres destinan 50.4 horas a la semana en labores domésticas y de cuidado, mientras que los hombres enfocan 19.6 horas de su tiempo a las mismas tareas, de acuerdo con datos del Instituto para la Competitividad (Imco).
Nooyi sabe lo inequitativo que puede ser la dinámica familiar. Pero ella destaca cómo desde muy pequeña, su abuelo y sus padres apoyaron sus decisiones que la hicieran crecer profesionalmente. Nooyi, que hace énfasis en las ventajas de incluir a las mujeres en el mercado laboral, se inclina hacia delante en la conversación y apoya sus brazos en la mesa para argumentar las razones por las que las economías deben impulsar el talento femenino.
“Si una mujer talentosa se suma al mercado laboral, el PIB crecería mucho más. En Estados Unidos, he visto un número importante de mujeres que han accedido a un sistema de cuidados, volver al mercado laboral y aportar alrededor de 350,000 millones de dólares a la economía”.
Para ella, tanto el gobierno como la iniciativa privada deben trabajar en conjunto para crear infraestructura necesaria y dejar atrás la inequidad en los salarios. Nooyi asegura que las mujeres están peor pagadas que los hombres en hasta 90 centavos de dólar, lo que también impide que muchas puedan pagar por servicios de cuidado.
La maternidad también juega un papel importante en el debate de mejor crecimiento de la economía. Nooyi, madre de dos hijas, asegura que por su mente nunca pasó la idea de dejar de lado su profesión para dedicarse a las labores de cuidados; sin embargo, ella pudo contar con una red de apoyo familiar y de poder pagar por esos servicios.
La directiva habla con mucho orgullo de sus hijas y reconoce que su carrera al frente de PepsiCo le impidió pasar más tiempo con ellas. Sabe que ellas se sienten orgullosas de lo que su madre consiguió en una de las empresas más importantes del mundo. Y es consciente de que el puesto que ocupó pudo inspirarlas: ambas cuentan con un MBA y ocupan posiciones en la industria del venture capital y de los videojuegos.
En ‘Mi vida plena’, la exdirectiva destaca que el costo de las labores de cuidados se ha incrementado y que el estrés tanto laboral como financiero puede ser una de las causas de que en 2019 la tasa de fertilidad en Estados Unidos haya caído a un mínimo histórico de 1.7 nacimientos por mujer en edad fértil. En Estados Unidos, la perspectiva es que el número de personas en edad avanzada se duplique en 2060, lo que terminará creando vacíos en los puestos laborales y un problema en los sistemas de pensiones.
El tema parece ser sensible para Nooyi. “Necesitamos niños y padres que den a luz a estos niños; necesitamos a los niños que hagan crecer la economía, que paguen los sistemas de pensiones y que puedan cuidar de las personas mayores. Todo es un ciclo y es el círculo de la vida”, destaca.
Incluso, se ha prometido ayudar a sus hijas en las labores de cuidado cuando decidan convertirse en madres y que eso no les impida seguir escalando en su industria.
Ser una empresa diversa y con equidad de género tiene beneficios económicos y culturales en las compañías: permite que las empresas tengan más y mejores opciones para cubrir sus vacantes. “Si algún país o empresa quiere tener éxito, tiene que traer el mejor talento para trabajar”, asegura y añade: “Incorporar a las mujeres al mercado laboral también trae un estilo de trabajo que puede ser mucho más cooperativo y más amable”.
La ruta para lograr que las empresas tengan al mejor talento va más allá del pago equitativo, también tiene que ver con los bonos de productividad que reciben y la forma en que se evalúa a los empleados. Esquemas como la necesidad de realizar horas extra para sacar adelante proyectos u obtener recompensas, alejan a muchas mujeres de estos incentivos, debido precisamente a las labores de cuidados.
Nooyi recomienda tener cuidado en la manera en que se evalúa a una mujer y un hombre cuando las metas no se cumplen, mientras que a los hombres que no cumplen con sus metas pueden considerarse con un gran potencial, la historia es diferente para ellas. “Cuando una mujer es evaluada, la gente dice: logró sus objetivos pero no estoy seguro de su potencial”, apunta.
Aunque la exdirectiva asegura que hay empresas que empiezan a cambiar este tipo de comportamientos, también considera que el avance debería ser más vigoroso con el paso de los años.
En el clima laboral, que asegura puede ser más amable con mujeres en puestos de liderazgo, Nooyi recomienda ser asertivas y evitar que en las reuniones o negociaciones, los hombres las interrumpan mientras hablan. “Basta, permíteme terminar lo que estaba diciendo”, recomienda coo una buena forma de hacer notar su opinión. De hecho, en alguna ocasión, la directiva utilizó esta frase durante su carrera laboral al frente de PepsiCo.
“Estos pequeños ejemplos atacan la confianza de las mujeres y al quitarles la confianza, ellas no se sienten suficientemente competentes”, advierte.
Incluso, para pedir un aumento de sueldo o el mismo sueldo que sus compañeros, Nooyi recomienda a las mujeres hablarlo de forma empática con sus superiores y con el personal de Recursos Humanos. Pedir un pago equitativo debe hacerse de forma constructiva, argumentando las labores que se hacen, los tiempos que se lleva a cabo para cumplir con las obligaciones y el sinsentido que tiene pagarle menos a una persona por el simple hecho de ser mujer.
Su legado como mujer y directiva
Indra Nooyi es una mujer migrante de la India que hizo una licenciatura en Física, Química y Matemáticas, antes de cursar un MBA en Yale.
Considera que ha sido una persona muy afortunada porque desde muy pequeña contó con el apoyo de su abuelo y su padre para estudiar lo que ella eligiera, incluso la impulsaron para que aplicara a las mejores escuelas de la India y más tarde para que se fuera de intercambio a Estados Unidos.
Eran tiempos en que las mujeres de la India no solían ir a la escuela y los trabajos que eran bien vistos para las mujeres eran las maestras o doctoras, nunca como directivas de empresas.
“Fui afortunada porque mi madre estaba de acuerdo con mi padre y mi abuelo, fui afortunada de ir a Estados Unidos, que es el país de las oportunidades para todos”, dijo.
Incluso, sus suegros también la apoyaron a que siguiera trabajando. “Indra, no dejes tu trabajo. Tienes todos estos títulos académicos, úsalos. Te apoyaremos en lo que podamos”, cuenta que le dijeron al casarse.
El apoyo no solo se limitó como recién casados, también recibió la ayuda de su madre cuando nacieron sus hijas. Tanto ella como algunas vecinas fueron el soporte de una de las ejecutivas más importantes de Estados Unidos.
Nooyi está segura que las próximas décadas serán de las mujeres. No solo porque están acudiendo más a la escuela, obteniendo más títulos y mejores calificaciones, la exdirectora de Pepsico sabe que las mujeres representarán una gran base de talento que debe ser aprovechado por las empresas.
“Las siguientes décadas son de ustedes, sueñen en grande, elijan cómo quieren contribuir a las empresas y a los países y tengan confianza en ustedes mismas”, asegura.
También pide a aquellas mujeres que así lo deseen, no renunciar al sueño de ser madres, ya que las familias deben ser criadas y formadas por hombres y mujeres.“Al final del día, debemos tener confianza. Como madre y como esposa, les digo a las mujeres que no se olviden de lo valioso de la maternidad. La familia no es de mujeres es de hombres y mujeres, tenemos que trabajar juntos en esto”.