Recesión en marcha
Pese a los claros signos de debilidad que se vislumbran para 2023, algunos economistas se muestran cautelosamente optimistas ante la posibilidad de que la economía eluda una recesión en toda regla y sufra más bien una desaceleración progresiva, en la que los sectores decrecen por turnos, y no todos a la vez.
Argumentan que la política monetaria actúa ahora con menos retardo que antes, debido a los avances tecnológicos y a la transparencia del banco central estadounidense, que, según ellos, hace que los mercados financieros y la economía real actúen anticipándose a las subidas de tasas.
La inversión residencial sufrió su séptima caída trimestral consecutiva, la racha más larga desde que el colapso de la burbuja inmobiliaria desencadenó la Gran Recesión, pero hay indicios de que el mercado de la vivienda podría estar estabilizándose.
Las tasas hipotecarias han tendido a la baja a medida que la Fed ralentiza el ritmo de subidas.
Un informe separado del Departamento de Trabajo mostró el jueves que las solicitudes iniciales de subsidios estatales por desempleo cayeron en 6,000, a una cifra desestacionalizada de 186,000, en la semana finalizada el 21 de enero.
El número de personas que reciben prestaciones tras una semana inicial de ayuda, un indicador aproximado de la contratación, aumentó en 20,000, a 1.675 millones en la semana finalizada el 14 de enero.
Las empresas ajenas a la industria tecnológica, así como los sectores sensibles a las tasas de interés, como el inmobiliario y el financiero, están acaparando trabajadores tras pasar apuros para encontrar mano de obra durante la pandemia.