Crecimiento de 8%
Desde que inició la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y a partir de 2020 con la aparición del coronavirus, las empresas comenzaron a pensar seriamente en reubicarse más cerca de su destino final (Estados Unidos), con lo que se comenzó a hablar de relocalización (nearshoring).
Esta semana en México se dio a conocer la llegada de Tesla a Santa Catarina, Nuevo León, donde ya están ubicados algunos proveedores de la empresa de Elon Musk.
El banco español estima que, gracias al nearshoring, el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano puede tener un crecimiento adicional de 8% durante en los próximos seis años.
Para que esto ocurra, México tiene que quedarse con parte de lo que China deje de vender a Estados Unidos. El banco estima que el país puede pasar de 14% a 20% de las importaciones, con lo que se generaría a 100,000 millones de dólares de valor económico nacional.
“Por cada punto que México le gane a China en las importaciones a Estados Unidos, el PIB debería acelerarse en 1.3%. En los siguientes seis o siete años, debemos de acelerar un crecimiento adicional de 8% en el PIB”, señaló Alanís.
Oportunidad para Pymes
La inversión de Tesla “es más grande” que las tres previas que se habían hecho en México.
La inversión que más se le acerca, es la que hizo la coreana Kia por 2,400 millones de dólares, subrayó Alán Alanís.
La llegada de la armadora de autos eléctricos también representa una buena oportunidad para las pequeñas y medianas empresas mexicanas. México cuenta con una cadena de producción y suministro del sector automotriz bien establecida. El reto para ella tiene que ver con hacer más eficientes sus procesos y mantener, o incluso mejorar, la calidad de sus productos.
Tesla puede representar 500 millones de dolares en ventas para las empresas mexicanas que proveen bienes y servicios.
Además por el “efecto multiplicador” habrá una mayor demanda de vivienda, servicios y mano de obra.
Para poder ser proveedoras de las grandes empresas, las Pymes mexicanas requieren hacer más eficientes sus procesos, pero no es algo nuevo para ellas.
“Hay muchas empresas mexicanas con la calidad para suministrar a industrias muy sofisticadas, como la automotriz y aeroespacial; hemos ido haciendo la tarea en el tiempo”, comentó Rodolfo Hernández, director ejecutivo de negocio internacional de Santander al preguntarle si las pequeñas y medianas empresas mexicanas están listas para ofrecer sus servicios a compañías como Tesla.