Con esto, añadió, "se reduce la necesidad de que los bancos centrales aumenten tanto las tasas de interés". "Por supuesto, es probable que los bancos centrales aún tengan que seguir aumentando un poco las tasas de interés, pero no tanto como en ausencia de restricciones fiscales", agregó.
El FMI adelantó este lunes un capítulo de su Monitor Fiscal, que publicará completo la próxima semana, en el marco de las reuniones de primavera que celebran en Washington el FMI y el Banco Mundial.
Con el título "Inflación y desinflación: ¿Qué papel tiene la política fiscal?", un equipo de analistas del FMI, dirigidos por Marcos Poplawski y Carlos Gonçalves, analizan el impacto de la inflación en las finanzas públicas y ofrecen una serie de recomendaciones para bajar los precios.
El consejo principal, el mencionado endurecimiento fiscal, aunque acompañado de "transferencias de efectivo específicas a los grupos más vulnerables de la población", precisó Mauro.
"Si uno brinda ese apoyo específico, no solo amortigua los efectos sobre el consumo de los pobres, sino que también amortigua los efectos sobre el consumo general de la economía, por lo que es una buena decisión combinar la política fiscal y la política monetaria", agregó.
Cuando los bancos centrales actúan solos, sin el apoyo de la política fiscal, necesitan aumentar sustancialmente las tasas de interés para combatir la inflación, señala el informe.
En el marco del "aumento más agudo de la inflación en tres décadas", el informe analiza cómo la inflación afecta a varios segmentos de la sociedad en diferentes lugares.