En cambio, el costo de la transición no sería más que del 3.7% para los países miembros de la OCDE, prosigue la institución internacional con sede en París.
La factura parece más alta para los países emergentes debido a sus elevadas necesidades de combustibles fósiles, señala.
Para realizar sus cálculos, la OCDE se basa en una eliminación del carbón de aquí a 2050 y una reducción de la parte del petróleo y del gas al 5% y al 10%, respectivamente, de la matriz energética de cada país, a fin de respetar el objetivo de limitar el calentamiento a +1.5º grados.
Los países ricos han aprovechado ampliamente los combustibles fósiles para asegurar su crecimiento en las últimas décadas, razón por la cual los países pobres y emergentes abogan desde hace años por una compensación de su responsabilidad en el cambio climático.
Los primeros millones de euros de un fondo para pérdidas y daños climáticos se anunciaron en la COP28 de Dubái.
En términos más generales, el crecimiento mundial se verá afectado por los esfuerzos necesarios para la transición climática, señala la OCDE.