El crecimiento que espera el IMEF para el PIB en 2023 se mantuvo en 3.4%; para 2024 aumentó a 2.3% y para 2025 es de 2.0%.
“Se anticipa un declive gradual en el ritmo de expansión de la economía, que es resultado de un año 2023 bastante mejor a lo que se preveía originalmente, y de los vientos en contra que se esperan para la economía de los próximos dos años; podríamos decir que estos pronósticos reflejan un regreso de la economía a su potencial de crecimiento, que todavía se percibe cerca de 2%”, indicó el presidente del IMEF.
Mario Correa, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos consideró que la fortaleza en la economía como se ha visto, hasta ahora, depende también de los que pase en Estados Unidos, pues los consumidores se están quedando en niveles bajos de ahorro frente a lo que tenían en 2019, “por ahí puede venir alguno freno, que a nosotros nos afecta”, comentó.
Al igual, muchas de las obras que se han estado acelerando en el país han ayudado a que se genere el ritmo de la actividad económica este año; cuando terminen estas obras se verá su impulso para la economía, pero al ver menores inversiones o paros en estas se vería afectada la economía, agregó Correa.
El presidente del IMEF explicó que en México las finanzas públicas están presionadas por Pemex, el subsidio de gasolina, programas sociales y por el costo de deuda; “es uno de los principales riesgos que vemos, y también en la parte de gobernanza, la seguridad es algo que nos preocupa de manera importante, y obviamente el Estado de derecho, son de las partes que debemos tomar en cuenta”.
Además, para el siguiente año ser verán ya los efectos de las tasas de interés más altas en Estados Unidos y el mundo, especialmente sobre las empresas, países y la economía en general.
“El año que viene muchos de los corporativos en Estados Unidos tienen que refinanciar una gran cantidad de deudas que habían emitido hace varios años, y van a tener que salir a buscar financiamiento a tasas altas, en los mercados que están naturalmente restringidos por la política monetaria; entonces, si empezamos a ver que se dan estos efectos, podemos tener volatilidad marcada en los mercados, y esto genera mayor deterioro en las expectativas, mayor cautela y ser uno de los elementos que contribuya a frenar la economía de Estados Unidos, y eso también nos afecta”, enfatizó Correa.
De acuerdo con el IMEF, las grandes corporaciones que se fondean a través de la Bolsa lo hacen a tasas de 12 o 13%, pero las pequeñas y medianas empresas, cuando logran recibir financiamiento, lo hacen a tasas superiores de 22%.
“Continuas alzas a los costos de producción y operación reducen aún más los márgenes y a la larga desincentivan la inversión. Es por ello que la lucha contra la inflación en sus distintas modalidades debe mantenerse”, detalló el Instituto.