En este sentido, la primera reforma tendría que ser al gasto público, revisar y fortalecer las erogaciones que contribuyen al crecimiento económico, hacer más eficiente el uso de los recursos que llegan al erario público y, a partir de ahí, hablar de una reforma para incrementar los ingresos, “podemos impulsar una reforma para que se recaude más dinero, pero si este no contribuye a la economía, poco habrá válido echarla a andar”, refiere Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Dentro de la pila de reformas que significan el mayor uso de recursos públicos se encuentra la creación de un fondo semilla, a partir del próximo primero de mayo, para el pago de jubilaciones de los trabajadores, con un monto inicial de 64,619 millones de pesos que, de acuerdo con la propuesta de reforma, se obtendrán del Instituto para Devolver al Pueblo lo robado, liquidaciones de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, por la venta de inmuebles sin construcción propiedad de Fonatur, además de cobros pendientes del IMSS, ISSSTE y SAT.
También se propone otorgar apoyos económicos a jóvenes de entre 18 y 29 años que se encuentren desempleados y no estén cursando estudios. El apoyo se brindaría por un año y sería equivalente a un salario mínimo. Por igual, la propuesta de que los maestros de tiempo completo no ganen menos que el promedio de los salarios del IMSS puede representar más gastos en caso de que tengan que subir los ingresos de estos trabajadores de la educación.
Alejandra Macías, directora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que las iniciativas violan la Ley de Presupuesto y de Responsabilidad Hacendaria, al no incluir un impacto presupuestario y su fuente de financiamiento, “entonces ya con eso tendrían un factor para desecharse”.
Apuntó que no está sobre la mesa hacer una reforma tributaria y, antes de esto, el CIEP ya había advertido que hay un riesgo de insostenibilidad presupuestaria con el déficit que se prevé para este año.
“Entonces otra vez la pregunta es ¿cómo le vamos a hacer?, ¿a quién se le va a quitar para dar en otro rubro? Esto a la par de las proyecciones de Hacienda de necesitar un ajuste en el gasto público para que el déficit caiga en 2025”, explicó Macías.