Estas mujeres migrantes se desplazan "cada vez más solas y no como parte de un grupo familiar", comentó Moreira, por lo que la OIT indicó que requieren "respuestas diferenciadas".
"Realmente tienen una doble vulnerabilidad como mujeres y como migrantes", agregó el especialista regional en migración de la OIT, Francesco Carella.
Mientras migran, las mujeres "son víctimas de violencia y de acoso", explicó Carella, y en el destino son "víctimas también de hipersexualización", agregó.
Además, se genera en las mujeres una "sobrecarga de responsabilidad" por el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado cuando migran en familia. La falta de recursos provoca que el núcleo familiar priorice por lo general la regularización migratoria del hombre en el país de destino dejando a las mujeres en la informalidad.
"La experiencia migratoria refuerza la división sexual del trabajo tradicional", dijo Carella.
Desde la OIT mencionaron el ejemplo de las mujeres migrantes venezolanas, quienes dentro de los más de 6.5 millones de personas que salieron del país representan más del 50%, con un perfil habitualmente más cualificado que los hombres, pero con menos oportunidades laborales en los países de destino.
"Trabajan en labores para las cuales están sobrecualificadas", indicó Carella.