Agregó que la proyección fue "impulsada por los datos sólidos del PIB en el primer trimestre y las recientes medidas políticas".
El organismo había proyectado un crecimiento de 4.6% para este año, mientras que las autoridades chinas plantearon en marzo una meta de crecimiento de "alrededor de 5%".
La economía china se ha visto golpeada los últimos años por una prolongada crisis de endeudamiento del sector inmobiliario, que representa la cuarta parte del PIB.
El crecimiento también fue afectado por el débil gasto de los consumidores y la persistente deflación.
El FMI vio con buenos ojos las recientes medidas del gobierno para estimular el mercado habitacional.
"Las correcciones en marcha en el mercado residencial, necesarias para llevar al sector a una senda más sustentable, deben continuar", indicó el organismo.
Sin embargo, agregó que "un paquete más amplio de políticas facilitaría una transición más eficiente y menos costosa que protegería (a la economía china) de los riesgos de una caída".