México se sostuvo por poco en el Índice de Confianza de Inversión Extranjera 2025 de la firma Kearney. Ocupó el lugar 25 entre 25 economías, cuatro posiciones por debajo del sitio alcanzado en 2024.
México cae al último lugar en ranking de confianza para inversión extranjera

El contraste con sus socios norteamericanos resulta contundente. Estados Unidos lidera el ranking, seguido por Canadá, mientras que México permanece en el fondo de la tabla.
Omar Troncoso, director general de Kearney México, atribuyó la caída a una pérdida de atractivo en 80% de las industrias. Señaló que el clima de incertidumbre aumentó ante el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
“Trump puede mover la aguja de los inversionistas, fácilmente”, advirtió.
México alcanzó su mejor posición en el índice de confianza para la inversión extranjera de Kearney en 2003, bajo el gobierno de Vicente Fox, al ubicarse en el tercer lugar a nivel global.
Durante la administración de Felipe Calderón, el país salió del ranking en 2012. Con Andrés Manuel López Obrador, la ausencia se prolongó por cuatro años consecutivos: de 2020 a 2023.
Para este año, el panorama tampoco luce alentador. Troncoso advierte que México enfrenta un entorno especialmente adverso, al grado de quedar fuera del listado desde el inicio del análisis.
¿Cómo les fue a otros países?
China también mostró señales de retroceso. Cayó del tercer al sexto lugar y elevó la incertidumbre sobre el papel de las economías emergentes más grandes. En contraste, Japón escaló posiciones y pasó del séptimo al cuarto sitio, convirtiéndose en el ganador de Asia.
Reino Unido ocupó el tercer lugar del ranking, tras avanzar una posición con respecto al año pasado.
La encuesta global de Kearney revela que los líderes empresariales perciben un entorno cada vez más riesgoso, complejo e incierto para las inversiones en los próximos tres años.
El sondeo, realizado entre octubre de 2024 y enero de 2025, indica que 84% de los ejecutivos planea incrementar su inversión extranjera, aunque esta cifra representa una caída de cuatro puntos porcentuales frente al año anterior.
Los inversionistas identifican como principales riesgos un posible aumento en los precios de materias primas, tensiones geopolíticas y mayores restricciones en los marcos regulatorios.