La sacudida también transformó el tablero del ranking global. China, el país más afectado por la guerra comercial , mantuvo el primer lugar como principal origen del déficit estadounidense. Pero Irlanda ascendió al segundo lugar. México descendió del segundo al cuarto sitio. Suiza brincó del puesto 17 al tercero. En el extremo, Australia pasó del lugar 230 al 18.
La visión de Trump se apoya en la idea de una América fuerte y autosuficiente. Bajo ese principio, los aranceles deben funcionar como un muro económico para frenar las importaciones, proteger el empleo y reducir el déficit. Sin embargo, los datos revelan otra realidad. Desde que la administración intensificó sus barreras comerciales, el déficit en bienes no ha dejado de crecer.
De acuerdo con el Progressive Policy Institute (PPI), la combinación de decretos arancelarios firmados entre febrero y marzo y la expectativa de los aranceles del 2 de abril desató un acelerado aumento en las importaciones. Entonces esta reacción inmediata generó un “rápido y masivo” aumento del déficit.
Las estimaciones del PIB trimestral de la Oficina de Análisis Económico (BEA) refuerzan esta lectura. Durante 2024, el déficit comercial se mantuvo entre 200,000 y 250,000 millones de dólares por trimestre, menos de 3% del PIB.
Pero el primer trimestre de 2025 rompió con la tendencia. El saldo negativo se disparó hasta superar los 400,000 millones de dólares, equivalentes a 4.2% del PIB. Se trata del porcentaje más alto registrado por la BEA en 17 años, desde los meses previos a la crisis financiera de 2008.
Empresas y consumidores se adelantaron
Dean Baker, economista del Centro de Investigación Económica y Política, explica que las importaciones sustituyeron el consumo de bienes nacionales. Las personas anticiparon la entrada en vigor de los nuevos aranceles y adelantaron compras de autos, maquinaria, tecnología y materiales industriales. Este comportamiento también provocó una desaceleración del gasto en servicios, que apenas creció a una tasa anual de 2.4%, frente al 3% del año anterior.
El aumento de las compras externas no se tradujo en una expansión del PIB. Baker señala que las importaciones solo suman al crecimiento si generan nuevos consumos. Pero en este caso, sustituyeron bienes nacionales. El gasto total creció apenas 1.8% entre enero y marzo, muy por debajo de 4% del trimestre previo.
El alza del déficit tiene una explicación técnica: la balanza comercial se calcula como la diferencia entre exportaciones e importaciones.
Las exportaciones se estancaron, mientras las importaciones subieron, porque las empresas y minoristas acumularon insumos para evitar el alza de precios que provocarán los aranceles. Se trató de una reacción a los decretos de la Casa Blanca.
De acuerdo con análisis de la Coalición para una América Próspera, que representa a a fabricantes y productores estadounidenses, señala que los principales rubros deficitarios son los productos farmacéuticos, metal terminado, autos, computadoras y celulares.