“Hay una gran oportunidad de negocio porque se puede comprar muy barato”, dijo en entrevista Gabriel Reyes Orona, exmiembro de Banxico y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
“En segunda, le posiciona en un sector que va a ser clave y le da la capacidad de fondear la operación, porque hay mucho capital disponible e interesada en refugiarse en el mercado bancario”, añadió.
Banamex es el cuarto banco más grande en el país por número de activos, con 1.1 billones de pesos, lo que representa 7.19% de los activos totales del sistema, de acuerdo con datos de la CNBV.
“Banamex ha hecho avances significativos para reducir costos, solidificar su base de ingresos y aumentar su potencial de utilidades”, señaló recientemente Moody’s en un reporte.
La firma destacó que pese a que la rentabilidad de Banamex es modesta en comparación con BBVA, Santander o Banorte, las inversiones en digitalización y mejora operativa podrán ayudarlo a crecer hacia 2027.
La cartera de crédito asciende a 486,300 millones de pesos mientras que la captación es de 763,127 millones. En promedio, las utilidades del banco en los últimos años es de 22,000 millones.
No pasó desapercibido el tono del comunicado de Grupo México, que según Álvaro Vértiz, country head de DGA Group, consideró que Grupo México no está dispuesto a compartir el negocio, o al menos, quiere tener más control sobre quiénes podrían ser sus socios.
Cuando Larrea buscaba en 2023 comprar al banco, justo antes de que se cayeran las negociaciones, algunos analistas decían que 'el rey del cobre' pondría en el Consejo de Administración a Pedro Aspe y a Javier Arrigunaga, ambos exfuncionarios de Banamex.
Fernando Chico Pardo, por su parte, parece tener el respaldo de Roberto Hernández, ya que es cuñado del expropietario y exdirector general del banco.
“Sí veo personajes políticos detrás de las dos propuestas”, destacó Gabriel Reyes.
Para Álvaro Vértiz, las intenciones de Larrea al querer comprar el 25% de Banamex también dan señales de que hace un guiño al gobierno para que vea que el banco queda al 100% en manos mexicanas.
Cuando Citigroup anunció la venta, en 2022, se consideró que el gobierno quería intervenir en esta operación debido a los requisitos que impuso: el pago de impuestos, que los compradores fueran mexicanos y sin adeudos ante SAT, así como evitar despidos de trabajadores.
Esa serie de requisitos, aunado a los desencuentros que tuvo entonces Larrea con López Obrador, provocó que la compra del banco no se concretara y así fue como Citigroup decidió que la salida a Bolsa era la opción que "más le gustaba".
Fernando Chico Pardo dijo recientemente que el gobierno de Claudia Sheinbaum no había impuesto o sugerido ninguna condición cuando externó sus intenciones de comprar al banco.