Una mala jugada de General Electric por 24,000 mdd la tiene al borde del colapso
General Electric está seriamente corto de dinero en efectivo. El conglomerado ha despedido trabajadores, ha recortado sus dividendos y ha puesto a la venta negocios que había mantenido durante mucho tiempo.
Si tan solo el ex presidente ejecutivo Jeff Immelt no hubiera hecho una juerga de gasto de 24,000 millones de dólares en 2016 y 2017 para recomprar acciones de GE a lo que resultaron ser precios extremadamente altos...
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La estrategia de recompra equivocada subraya el fracaso de GE para asignar sus limitados recursos. Exprimió el efectivo de GE y aumentó su deuda.
“El problema de raíz de GE —y la causa de que la acción esté donde está— es una mala asignación de capital”, dijo Deane Dray, analista de RBC Capital Markets.
A los accionistas normalmente les encantan las recompras porque hacen que las acciones sean más escasas e inflan una medida clave de la rentabilidad corporativa.
Pero en el caso de GE, el atracón de recompra fue otro desafortunado ejemplo de una compra cara.
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Usando una combinación de deuda y efectivo, GE gastó 2,600 millones de dólares en recompras de acciones el año pasado, a un precio promedio de 19.65 dólares. Hoy, la acción vale solo 13.35 dólares, cerca de un mínimo de nueve años.
Las recompras de GE fueron mucho peores en 2016. Gastó 21,400 millones de dólares a un precio promedio de 30.30 dólares, más del doble del precio actual.
“Eso es dinero tirado a la basura. ¿Qué obtuvieron con ello? Mira dónde están las acciones hoy”, dijo Dray.
Un portavoz de Immelt dijo a CNNMoney que las decisiones “se tomaron siempre teniendo en cuenta los intereses a largo plazo de la empresa”.
“Estas decisiones complejas y difíciles se basaron en numerosos factores y se realizaron durante un entorno económico altamente volátil. En contraste, la retrospectiva es fácil”, dijo el vocero de Immelt.
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En lugar de las recompras, Dray dijo que GE podría haber usado el efectivo para pagar sus deudas, que se han mantenido altas a medida que las ganancias se han derrumbado. Eso ha generado preocupaciones de que GE está muy apalancado, lo que obligará a la compañía a recortar costos.
“Hay ansiedad sobre el apalancamiento”, dijo Dray.
El año pasado, GE anunció planes para despedir a 12,000 trabajadores de su atribulada división de energía. GE también redujo su dividendo a la mitad; fue solamente la segunda vez desde la Gran Depresión que la compañía tocó el beneficio de los inversores.
GE también ha puesto a la venta varias empresas, incluida su centenaria división ferroviaria y su emblemático negocio de bombillas eléctricas.
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Algunos analistas incluso han sugerido que GE podría revertir el curso completamente vendiendo acciones al público para recaudar efectivo. GE dijo que no estaba considerando eso.
El analista de Cowen Gautam Khanna lo resumió de esta manera: “Una mala asignación de capital, malas adquisiciones, recompras de acciones deficientes a precios más altos y dividendos insosteniblemente altos”.
Jonathan Macey, profesor de Derecho Corporativo y Finanzas de la Yale Law School, defendió las recompras de GE, aunque de forma indirecta.
“Es es el más lamentable ejemplo de una empresa que debía estar devolviendo efectivo a los accionistas porque obviamente no sabe qué hacer con él”, dijo.
Macey sugirió que GE habría “desperdiciado el dinero” de otras maneras, señalando el avión de repuesto que escoltó a Immelt por todo el mundo. (GE dijo que suspendió esa práctica en 2014.)
GE no hizo ningún comentario sobre este artículo.
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John Flannery, quien se convirtió en presidente ejecutivo el año pasado, dijo en enero que la compañía “mantendrá una política financiera disciplinada” mediante la recaudación de efectivo y la reducción de la deuda. En su carta anual a los accionistas, Flannery dijo que GE ha agregado nuevas medidas para evaluar mejor el “riesgo y retorno” de decisiones como dividendos y recompras de acciones.
Técnicamente, GE podría recomprar más acciones actualmente porque tiene 20,900 millones de dólares restantes en un programa que se lanzó en abril de 2015. Ese programa de recompra coincidió con la venta de 200,000 millones de dólares en negocios de GE Capital.
Sin embargo, GE ha señalado que no está enfocado en las recompras en este momento. Cuando se le preguntó acerca de las recompras en noviembre, Flannery dijo que GE “no anticipa muchas en el corto plazo”.
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Dray notó que Wall Street considera las recompras como una señal importante. La falta de recompras por parte de GE, a pesar del bajo precio de las acciones, podría estar asustando a los inversores.
“No dicen: 'Creemos que las acciones son una ganga y estamos comprando agresivamente'”, dijo Dray.
Las empresas estadounidenses están en camino de un año récord en recompras de acciones gracias a las ganancias inesperadas de efectivo provenientes de la ley fiscal del presidente Donald Trump. Las compañías estadounidenses anunciaron recompras por 229,000 millones de dólares en lo que va del año, según la firma de investigación TrimTabs.
Los críticos argumentan que este dinero sería mejor gastado en invertir en el futuro o en compartirlo con los trabajadores a través de salarios más altos y programas de capacitación. La senadora Tammy Baldwin reveló la semana pasada un proyecto de ley para controlar las recompras de acciones.