Dezba, Mobike y VBike, las bicis que llegaron a conquistar la Ciudad de México
Cuando René Ojeda viajó a Shanghái en 2017, se impresionó al ver que muchas personas, desde adolescentes hasta adultos mayores, se movían en bicicletas que estaban sobre las aceras y que se ‘desbloqueaban’ con el celular. “Ahí surgió el sueño de que ese sistema llegara a México, entonces me acerqué a la compañía y busqué por todos los medios venderle la idea”, cuenta el hoy gerente general en el país de Mobike, la firma china de bicis compartidas.
Le bastaron tres minutos con Davis Wang, el entonces director general de la empresa, para convencerlo de entrar a México, un país con al menos 14 ciudades con el potencial de implantar el sistema de la firma. Así, apenas unos meses después, entre febrero y marzo de 2018, la compañía comenzó sus operaciones en la capital del país.
Y este año también aparecieron otras firmas similares de origen mexicano, como VBike y Dezba: la primera surgió de una idea de Jesús Fares, dueño de Benotto México, una de las principales productoras de bicicletas en el país; y la segunda, la única que ofrece bicicletas eléctricas, es una creación de Fernando Herrera-Lasso, que estudió el modelo en otras partes y vio las ventajas que ofrece este medio de transporte en las grandes ciudades.
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“El modelo es muy interesante. Es una conjunción donde la entidad privada hace el 100% de la inversión del sistema, y el gobierno tiene una función de gestoría, donde tiene que marcar las reglas del juego”, explica Federico Polakoff, director de Operaciones de VBike.
Sin embargo, para que el naciente negocio germine y se expanda, aún se requiere de mucho trabajo, coinciden los empresarios. Uno de los temas más apremiantes es desarrollar un marco regulatorio. “Estamos necesitados de reglas claras sobre cómo se va a poder operar, con el fin de tener una certeza jurídica que respalde una inversión más fuerte, para que podamos traer más unidades, ampliar las zonas y dar un servicio más completo”, dice Fernando Herrera-Lasso, cofundador y director de Finanzas de Dezba.
Mobike, VBike y Dezba comenzaron a operar bajo un programa piloto aprobado por las secretarías de Movilidad y de Medio Ambiente de la Ciudad de México. Los directivos de las tres firmas califican de “éxito” estos pocos meses de operación: al día –destacan– se suman más de 500 usuarios a sus redes.
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Esta expansión también ha causado críticas por la invasión del espacio público, pues el usuario puede dejar la bicicleta en cualquier zona. Otros problemas son el robo y el vandalismo. En los primeros meses, por ejemplo, a Mobike le llegaron a robar más de 80% de sus unidades.
Pese a los retos, las compañías prevén un futuro promisorio, sobre todo, con la entrada de la nueva administración de la Ciudad de México, que pretende impulsar los medios de transporte sustentables. “Creemos que vamos a lograr una muy buena regulación que ponga esto en orden y que nos ayude a aumentar el uso de la bicicleta en la capital. El objetivo debe ser llegar al 5% del total de viajes en el próximo año, desde el 2.2% del uso de bicicletas actual”, comenta Ojeda.
Si todo marcha sobre ruedas, las empresas aseguran que ampliarán la cobertura del servicio. Mobike quiere extenderse en el corto plazo a cinco alcaldías de la capital y otras ciudades, como Guadalajara. En el caso de Dezba, Herrera-Lasso señala que “hay muchísimo potencial de crecimiento en la ciudad. Nosotros tenemos una proyección de traer, en dos años, alrededor de 2,000 bicicletas (desde las 150 que tienen actualmente)”.
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Por su parte, VBike ya tiene operaciones en Veracruz y en el Estado de México, pero buscará expandirlas, sobre todo, en la Ciudad de México. “Los números nos demuestran que cada día más gente se suma al programa, cada día logramos más viajes, y estas alternativas son viables para convivir dentro de la ciudad y tienen una gran demanda por parte de los usuarios”, asegura Polakoff.