El 'gasolinazo' y los robos nublan el panorama de los vehículos pesados
Las empresas que fabrican vehículos pesados, de transporte de carga y de pasajeros, esperan un difícil 2019, con una caída de 5.6% en sus ventas al menudeo. Sería el tercer retroceso anual consecutivo, pues en 2017 y 2018, la industria bajó 5.2% y 1.2%.
Según Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), hay tres factores que provocan que los transportistas hayan reducido sus compras de vehículos.
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El primero es la liberación de los precios de combustible. “Hace seis años, el diésel —que es el combustible necesario para este tipo de vehículos— tenía un precio de 11 pesos por litro, y luego subió a 20 pesos. Los combustibles son el principal costo de operación que tienen las empresas de autotransporte”, explica en entrevista.
A esto se sumó la fortaleza del dólar frente al peso, que afecta al sector porque los vehículos pesados, aunque se venden en pesos, se cotizan al tipo de cambio del día, por la fuerte integración que se tiene con Estados Unidos y Canadá en la proveeduría de insumos.
Además, el entorno de inseguridad para los transportistas ha dañado el dinamismo del sector. El aumento de los robos en carretera afectó directamente a las empresas por la pérdida de mercancía, pero también indirectamente por las mayores primas de seguro que pagan, que se han incrementado hasta 200% en los últimos meses, dice Elizalde.
Las alternativas
Ahora, el representante empresarial señala que para acelerar el sector hay que mejorar las condiciones de financiamiento para pequeños transportistas. A los llamados ‘hombres camión’ no se les suele ofrecer crédito, por lo que el gobierno federal podría fungir como aval para que pudieran obtener un préstamo.
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Asimismo, Elizalde pidió crear programas de incentivos fiscales para el uso de nuevas tecnologías sustentables, así como apoyar la profesionalización a los pequeños y medianos empresarios, pues gran parte de los negocios del sector son familiares. “Les enseñan a manejar el vehículo, pero no el negocio. Es necesaria la capacitación, consultoría y consejos sobre cómo administrar el negocio, formalizarlo”.