El rompimiento de Amazon y Nueva York, ¿el fin de otros acuerdos?
Chris Isidore
NUEVA YORK - ¿Será el rompimiento de la ciudad de Nueva York y de Amazon el comienzo de una nueva tendencia?
Los críticos del acuerdo consideran que sí. Dicen que es el principio del fin de la práctica de los gobiernos estatales y locales de colmar a las empresas con miles de millones de dólares en exenciones fiscales y otros incentivos.
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“Cualquier cosa es posible: hoy fue el día en que un grupo de ciudadanos neoyorquinos dedicados y sus vecinos derrotaron la avaricia corporativa de Amazon, su explotación laboral y el poder del hombre más rico del mundo”, tuiteó la representante Alexandria Ocasio-Cortez, después de que Amazon anunció que renunciaría a los 1,500 millones de dólares en incentivos que se le habían prometido, debido a la oposición política.
Parte de la reacción negativa en el caso de Amazon, y en contra de un acuerdo aún más costoso otorgado al fabricante de productos electrónicos Foxconn en Wisconsin, proviene del hecho de que el desempleo está cerca de un mínimo de 50 años.
Hay más ofertas de trabajo que candidatos, y los empleadores en Wisconsin y Nueva York temen, con fundamento, perder los trabajadores que necesitan debido a que un nuevo empleador importante llegará a la ciudad con la ayuda de sus propios impuestos.
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“El mercado laboral es tan fuerte como siempre”, dijo Mark Zandi, economista en jefe de Moody's Analytics. "Creo que esta reacción refleja un desempleo del 4%. Si esto fuera 2012, 2013, y tuviéramos los niveles más típicos de desempleo, tendríamos la mitad de la oposición y sus voces no serían tan poderosas”.
El acuerdo de Amazon en Nueva York no fue el único que fracasó recientemente. Una pequeña junta escolar en Baton Rouge, Louisiana, recientemente rechazó una exención fiscal de 2.9 millones de dólares para Exxon Mobil, citando la crisis presupuestaria que enfrentaba.
La tasa de desempleo en Baton Rouge coincide con el promedio nacional. Pero el rechazo de la exención fiscal llevó a los miembros de la legislatura estatal a introducir una legislación que podría impedir que los gobiernos locales bloqueen dichos paquetes de incentivos en el futuro.
El acuerdo de Foxconn sigue adelante, aunque no está claro exactamente qué producirá la compañía en el sitio de Wisconsin. El debate sobre el paquete de incentivos de 4,000 millones de dólares se convirtió en un tema importante en la contienda por la gubernatura del año pasado, en la que el gobernador en funciones Scott Walker, defensor del acuerdo, fue derrotado.
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“No sé si le costó la elección”, dijo Bartik. “Definitivamente no era la enorme ventaja política que él pensó que sería. Pensó que eso conseguiría su reelección”.
Pero Tony Evers, el demócrata que lo derrotó, no ha tratado de retirarse del acuerdo. Y Foxconn ha emitido un comunicado elogiando las negociaciones que ha tenido con Evers desde que asumió el cargo.
Algunos expertos dicen que las predicciones de que estos acuerdos son cosa del pasado podrían ser prematuras, y que la oposición a los planes de Amazon de construir una sede en Queens fue una situación única.
“Siempre hay un grupo importante que es crítico hacia tales acuerdos”, dijo Tim Bartik, economista principal de W.E. Upjohn Institute for Employment Research. “Pero Amazon es único. La ciudad de Nueva York es única”.
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En el caso de Nueva York, también hubo preocupación por la presión sobre la infraestructura, como las líneas de metro, y el aumento del precio de los ya costosos bienes raíces.
El fracaso de Amazon en Nueva York también se ha atribuido al hecho de que Virginia del Norte había aprobado hasta 550 millones de dólares en incentivos para 25,000 nuevos empleos, un tercio de lo que prometía Nueva York.
Durante el muy público proceso de Amazon para encontrar una ubicación para su segunda sede, se informó que había rechazado ofertas aún más caras que las ofrecidas por Nueva York y los suburbios de Washington, D.C.
Eso planteó la vieja pregunta de si Amazon, o cualquier compañía que obtenga este tipo de acuerdos, realmente necesita las exenciones que recibe.
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Nathan Jensen, un profesor de la Universidad de Texas y un destacado experto en dichos paquetes de incentivos, dice que, a lo sumo, el 25% de las empresas que reciben este tipo de acuerdos decidirían no elegir ese pueblo o ciudad sin las exenciones. Posiblemente solo la mitad de esos empleos dependen de los incentivos, dijo.
Pero a pesar del cuestionable valor de los acuerdos con los pueblos o ciudades, Jensen prevé que las compañías sigan pidiendo las exenciones y que la mayoría de los gobiernos estatales y locales compitan entre sí para ofrecerlos.
“Soy un poco escéptico de que habrá un gran cambio de tendencia”, dijo. “La segunda sede de Amazon es un evento único. En Nueva York, se tuvieron actividades sindicales organizadas en su contra y otras organizaciones progresistas activas en la lucha. No todas las ciudades tienen eso”.