Este es el segundo intento de Emirates de entrar a México, luego de que en septiembre de 2018 la aerolínea desistiera de operar en el país por una insuficiencia en los horarios de despegue y aterrizaje –conocidos como slots–, debido a que la compañía pretendía operar de manera diaria y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) sólo había autorizado espacios para tres días a la semana.
Los especialistas de la industria señalan varios factores que podrían incidir en la inconformidad de la industria mexicana con el nuevo jugador de Oriente Medio.
Subsidios y quintas libertades
Tanto en el primer intento de Emirates de entrar a México como ahora, Aeroméxico ha mostrado su inconformidad al considerar que hay una competencia injusta por el apoyo gubernamental que recibe la compañía emiratí, en forma de inyecciones de capital y costos preferenciales en combustible y tarifas aeroportuarias, a lo que se suma el uso de un mecanismo conocido como quinta libertad del aire.
Hemos tomado la decisión de incrementar nuestras operaciones a servicios diarios (en Barcelona) porque hemos visto una fuerte demanda en la ruta, pero también como respuesta a la decepcionante decisión del gobierno mexicano de otorgarle quintas libertades a Emirates para volar desde Dubái a Barcelona y a la Ciudad de México, a pesar de los subsidios estatales recibe del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos