Isidro Ramírez lleva más de 28 años cultivando fresa en Maravatío. Ubicado al oriente de Michoacán, entre Morelia y el mexiquense Atlacomulco, este es un lugar privilegiado para el cultivo de esta fruta por su temperatura, pues casi todo el año se encuentra a 19º C. Ramírez sabe que la tierra es buena. Pero, además, ha logrado, gracias a un proyecto de tecnificación, aumentar su cosecha hasta las 110 toneladas por hectárea. Muchos de sus vecinos obtienen menos de la mitad.
Ramírez forma parte del proyecto Madre Tierra, con el que la multinacional francesa Danone quiere aumentar su proveeduría de fresa mexicana. El objetivo es, en cuatro años, que la mitad de la fresa que consume a nivel global sea nacional. Hoy el porcentaje es de 12%.