Ni Pemex ni la Secretaría de Energía respondieron a solicitudes de comentarios. La oficina de López Obrador no respondió a un cuestionario de Reuters al respecto.
La liberalización del sector energético mexicano se ha estancado desde la llegada de López Obrador a la presidencia en diciembre y quien la semana pasada lanzó nuevas críticas a la política energética de su predecesor, acusando a su gobierno de "entregar" recursos públicos.
Bajo Peña Nieto, de 2015 a 2018 Royal Dutch Shell, ExxonMobil y BP ganaron contratos petroleros. En ese momento, ejecutivos elogiaron a México por los competitivos términos que hacían que la exploración en el país fuera tan atractiva como las prolíficas de aguas profundas de Brasil o el auge del esquisto en Texas.
Aunque el gobierno de López Obrador promete respetar los contratos existentes, ha suspendido indefinidamente las subastas y en su lugar está ofreciendo a las empresas privadas de servicios petroleros asociaciones más restrictivas que le dan a Pemex más control, lo que ha hecho a México menos atractivo, mientras Brasil prepara otra gran subasta a finales del año y Guyana anunció una serie de descubrimientos marinos.
"La puerta está cerrada para los recién llegados a México en este momento, mientras que está abierta de par en par en lugares como Brasil y Guyana", dijo George Baker, el editor de Mexico Energy Intelligence con sede en Houston.
Algunas empresas ya están empacando, incluyendo los socios originales de Talos en Zama. Sierra Oil & Gas vendió su participación del 40%, junto con el resto de sus activos -todos ellos en México- a Wintershall DEA. Premier Oil dijo el mes pasado que su participación del 25% estaba a la venta.
Premier dijo en una declaración que sigue viendo una "oportunidad significativa" en México y que sigue comprometido con el desarrollo de otros tres proyectos energéticos en el país.
Wintershall DEA, que absorbió a Sierra, declinó hacer comentarios.
Una de las fuentes de la industria que habló sobre los planes de Pemex para Zama dijo que Sierra vendió en parte porque las políticas energéticas de López Obrador arrojaron una "nube gris" sobre el sector que dificultaba la obtención de capital.
Batalla por el control
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien también es la presidenta del consejo de administración de Pemex, insinuó el mes pasado en una conferencia de prensa con López Obrador que el gobierno podría canalizar el proyecto a Pemex.
"Definitivamente tenemos que hablar tanto con Pemex, con Talos ─otra empresa que está ahí─ para ver quién se hace cargo de la operación porque Pemex tiene una gran parte ahí", dijo.
Si Pemex toma el control, Talos retendría su participación del 35% pero renunciaría al control operativo, socavando su intento de establecerse como un operador internacional con su primer proyecto fuera de Estados Unidos.
Talos también tendría que depender de Pemex para perforar manera eficiente y rentable. Esa no es una apuesta segura, ya que Pemex -la empresa petrolera más endeudada del mundo- ha visto su producción disminuir a la mitad desde 2004, mientras lucha con los campos envejecidos y la subinversión.
Es probable que Pemex reclame alrededor de un tercio del petróleo del yacimiento que se extiende hasta Zama, escribió la consultora Wood Mackenzie en un informe preliminar inédito visto por Reuters. Sin embargo, los esfuerzos de la empresa por demostrar su participación mediante la perforación se han retrasado "varias veces".
El consorcio dirigido por Talos, por el contrario, ha perforado cuatro pozos y ha gastado 250 millones de dólares. El director ejecutivo de Talos Energy, Tim Duncan, dijo que los socios podrían gastar otros 3,500 millones de dólares durante la vigencia del contrato.
Las dos empresas tienen hasta septiembre de 2020 para concluir una negociación sobre un proyecto unificado. Bajo el contrato actual de Talos, el gobierno mexicano obtendría casi el 70% de las ganancias netas de Zama.
Duncan, declinó comentar sobre los posibles planes de Pemex, pero dijo que su firma estaba en una mejor posición para llevar el proyecto, citando su progreso hasta el momento y el portafolio de numerosos proyectos competitivos en los que Pemex tiene que enfocarse.
"Estamos totalmente preparados para ejecutar este proyecto, terminarlo, envolverlo y ponerlo en producción", dijo Duncan en una entrevista.
Pemex está decidida a operar Zama, dijo una de las fuentes de la industria con conocimiento de los planes de Pemex. "Para ellos, no hay otro escenario", dijo la fuente.