La empresa también apuesta a que su relación con Pemex le permite acceder a buenos precios y mejor distribución. “Ser cliente de Pemex es algo positivo, desde el acuerdo comercial y desde el punto de vista de gasolina”, dice el directivo.
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La petrolera nacional ofrece descuentos a las empresas con compromisos de comprar cierto volumen y a cierto plazo. En un mercado donde la importación de gasolina crece (13.2% de las compras al extranjero las realizaron privados, según cifras de la Secretaría de Energía a julio, frente al 3.5% del mismo mes de 2018), la firma regia opta poco por la fórmula.
Lo que sí estudia con gran interés es invertir en nuevas terminales de almacenamiento, un paso que han dado otros, como el gigante estadounidense Exxon o la suiza Glencore. “Buscamos que sean nuevas terminales, si vamos a aportar, que sean nuevas. Serían, básicamente, terminales de almacenaje para tener mayor fuerza en el abasto”, dice Filizola.
La apertura del mercado ha traído más de 40 nuevos competidores. Pero, en esta competencia, quizá no todas sobrevivan, como sucedió en otros mercados latinoamericanos. “No sé cuántas marcas queden al final, pero seguro Oxxo Gas será una de ellas”, asegura el ejecutivo.