Todas ellas se aprendieron en México en 2009, con la aparición del H1N1. Ahora, con los primeros casos de coronavirus en el país, después de que se registraran contagios en Italia o España, el llamado a la protección toma fuerza. Con síntomas que van desde los del resfriado común a los de una neumonía grave, la enfermedad afecta sobre todo a adultos mayores y a personas que tienen otras enfermedades asociadas que comprometen su sistema inmune.
El conocimiento de estos nuevos virus que han aparecido en los últimos 20 años han permitido que, ante un epidemia como la actual, el tiempo de desarrollo de vacunas disminuya, gracias, sobre todo, a la colaboración internacional.
Expansión: ¿Qué está haciendo de GSK México para el desarrollo de una vacuna contra el nuevo coronavirus?
Yolanda Cervantes: En GSK, lo que hacemos es compartir la tecnología que previamente se ha aprobado para vacunas en virus, como la desarrollada en 2009. Se llaman sistemas adyuvantes. Es el caso de esta vacuna, la AS03, que favorece que se utilice menos contenido del virus (en la nueva vacuna), usas menos cantidad y favorece una mejor respuesta de los anticuerpos, que es lo que nos protege de las infecciones.
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Lo que hace GSK es compartir esta tecnología con otras empresas, otras universidades, que están trabajando en desarrollo de vacunas. Ahora hay 20 instituciones, universidades, que han anunciado que están desarrollando vacunas, y GSK ha firmado convenios con la Universidad de Queensland, en Australia, y con una empresa china, para el desarrollo del sistema coadyuvante para tener más pronto esta vacuna. Participamos en la coalición para la investigación epidemiológica, que reúne esfuerzos de todo el mundo, incluida la Organización Mundial de la Salud. Esto es un esfuerzo en conjunto.