Las nuevas previsiones de la IATA suponen el tercer ajuste desde que inició la pandemia. El primero de ellos contemplaba pérdidas de entre 63,000 y 113,000 mdd a inicios de marzo, que se dispararon a 252,000 mdd para la penúltima semana de marzo, cuando la crisis ya había causado estragos en el mercado europeo y comenzaba a ampliarse en el estadounidense.
El último ajuste ya prevé una caída de 55% en los ingresos de las líneas aéreas respecto a 2019. La nueva estimación incluye los impactos en las regiones de África y Latinoamérica, que en el escenario inicial eran moderados.
La industria espera que el flujo de pasajeros –tanto doméstico como internacional– caiga en 48% respecto al año pasado, debido a dos razones. La primera es la expectativa de que el mundo se dirige a una recesión que tendría su nivel más profundo en el segundo trimestre del año, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) podría caer hasta 6%, un indicador grave si se compara con la baja de 2% vista en la crisis financiera de 2009.
La IATA prevé que esta caída de hasta 6% en el PIB derive en un descenso de 8% en la demanda de pasajeros para el tercer trimestre del año.