El 2 de abril, las cerveceras Grupo Modelo y Heineken informaron que ese fin de semana completarían el proceso de suspensión de sus operaciones de producción y distribución de cerveza, en cumplimiento al acuerdo publicado el 31 de marzo pasado, que establecía cuáles eran los sectores esenciales para la economía que podrían seguir operando en la situación de emergencia sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus Covid-19. La producción de cerveza no estaba en la lista.
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Aunque las cerveceras dijeron que habría stock suficiente para cubrir la demanda durante abril, cientos de consumidores hicieron compras de pánico tras darse a conocer la noticia del paro de las plantas. Eso se notó de inmediato en los refris de los supermercados, que lucieron más vacíos de lo habitual ese primer fin de semana de abril.
“Mucha gente vino por cerveza. Los que se acabaron primero fueron los cartones de 12 botellas”, dijo un encargado de un Walmart en la zona centro de la capital del país.
En un Bodega Aurrera cercano, los refrigeradores también lucían vacíos, con solo algunas Carta Blanca, un par de latas de Modelo y algunas Ultra. “Más vale llevar de las que hay antes de que se acaben, aprovechando la quincena”, dijo un consumidor.
En algunas tiendas de abarrotes en los alrededores del centro de la CDMX había un poco de más oferta. Los encargados comentaron que notaron un alza en ventas, habitual en quincena, y añadieron que los distribuidores no les habían comentado si dejarían de surtirles producto.
El 6 de abril, tras ese primer fin de semana, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) envió una carta a la Cámara de la Industria de la Cerveza y de la Malta (Canicerm) en la que exhortaba a que la operación de la agroindustria de la cebada estableciera planes que garanticen la continuidad de operaciones, pero tomando en cuenta las medidas sanitarias emitidas por el gobierno federal.
Muchos interpretaron esta petición como una luz verde para que las plantas cerveceras regresaran a operar. Sin embargo, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dijo en la conferencia vespertina del viernes 10 de abril que la industria cervecera no tenía autorización para restablecer operaciones. Y las plantas continuaron cerradas.
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A casi un mes del paro de las plantas cerveceras, y tras las compras de pánico, los inventarios en los supermercados y las tiendas de conveniencia ya han empezado a escasear. En el Soriana de Avenida Eugenia, en la alcaldía Benito Juárez, y en el Superama que está a pocas calles, sobre Heriberto Frías, ya solo quedan sixpacks de lata y marcas de importación que cuestan hasta el doble que las marcas de producción nacional.