Boeing acusó a Embraer de no cumplir con las condiciones para cerrar la transacción, pero el fabricante brasileño acusó a la otra parte de arruinar el acuerdo por causa de problemas financieros que enfrenta como resultado de la crisis del coronavirus y la mantención en tierra de su 737 MAX.
"Embraer cree firmemente que Boeing ha rescindido (el acuerdo) injustamente", dijo la compañía brasileña.
Boeing usó un tono más suave, pero detrás de escena ambas partes se estaban preparando para un largo período de discusiones sobre la ruptura.
"En los últimos meses, tuvimos negociaciones productivas pero en última instancia no hubo éxito", dijo el vicepresidente senior de Boeing, Marc Allen, en un comunicado. "Todos aspiramos a resolverlos antes de la fecha de finalización inicial, pero no sucedió".
El quiebre detiene la segunda mitad de una reformulación importante del duopolio global entre Boeing y Airbus, ya que ambas compañías querían expandirse a aviones regionales. Airbus compró la empresa canadiense C Series en 2018 y la renombró A220.
Fuentes de la industria dicen que Boeing estaba interesado en Embraer principalmente por el acceso a ingenieros de bajo costo y nuevas opciones de fabricación, pero que ahora evalúa recortar el 10% de su fuerza laboral mientras también busca ayuda federal de Washington para el sector aeroespacial.
La disputa también rompe una relación cercana entre dos de los tres principales fabricantes de aviones del mundo, que han adoptado posiciones similares en las batallas comerciales con Europa y Canadá.
El acuerdo conlleva una indemnización por terminación de 100 millones de dólares, pero Embraer está a punto de demandar a Boeing por mucho más, alegando que el largo período de incertidumbre ha obstaculizado las ventas de sus aviones E2.