La manufactura aeroespacial es parte de las industrias que han parado como parte de la Jornada Nacional de Sana Distancia por el COVID-19, ya que no se encuentra entre las consideradas como actividades esenciales, las únicas que pueden operar en estos momentos. La situación ha desatado el temor de las empresas por perder competitividad frente a proveedores de otros países, que podrían ganar terreno para la producción de componentes para fabricantes como Boeing y Airbus.
El sector aeroespacial pide ser actividad esencial para no perder competitividad
Luis Lizcano, director general de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia), explica que aunque la producción del sector ha reducido su ritmo en todo el mundo, se ha mantenido operativa, y esto empuja a una continua necesidad de componentes, que México no está suministrando por estar detenida.
“Airbus detuvo parte de su producción y eso nos dio un respiro la semana pasada, pero anunciaron que están regresando pronto. Boeing también anunció que el lunes regresa a fabricar en su planta de Seattle (…) Se hará a capacidades menores y habrá una reducción de volúmenes, pero si hay un proveedor en cualquier lugar del mundo que no pueda entregar, entonces el avión no se puede entregar”, advirte.
Al menos 90% de la industria –conformada por unas 300 empresas– se mantiene sin operaciones por el coronavirus, y si bien se mantiene una postura alineada con las medidas de distanciamiento social indicadas por las autoridades sanitarias, el director de la Femia considera que se puede mantener operaciones a niveles por debajo de 50% de la capacidad total de las plantas.
La situación podría ser irreversible, advierte el representante de la industria, dado que hay fuentes alternas que podrían llevarse los contratos de México. “No estamos solicitando que se opere al 100%, pero sí tener cierta flexibilidad para que componentes críticos se puedan seguir fabricando. Aquí no estamos viendo el tema de operar por no tener una pérdida, sino de operar por supervivencia”.
El cese también podría afectar la percepción de la industria nacional como suministradora, incluso mermando el avance de algunos de sus programas.
“El costo siempre es un tema importante, pero uno aun más es la confiabilidad de las operaciones, esto afectará al poder asegurar contratos dentro de la cadena de proveedores. Traemos un programa de cuatro años funcionando con el que hemos intentado insertar pymes nacionales en la cadena de proveedores, y va a ser más difícil insertarlos, porque hay retos agregados”.
Aunque de momento no hay una afectación económica calculada por el cese de actividades, Lizcano confía en que se pueda considerar a la industria. “En otros países la industria aeroespacial está designada como esencial, es el caso de nuestros socios comerciales, quienes operan en atención a la crisis”.