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Menos visitas, pero mayor gasto: la nueva estrategia de las departamentales

Las empresas han echado mano de líneas de crédito para poder sobrellevar el cierre de las tiendas físicas en medio de la emergencia sanitaria, pero tras casi tres meses, la reapertura es necesaria.
mié 24 junio 2020 05:00 AM

Las cadenas de las tiendas departamentales vivirán una lenta recuperación después de la emergencia sanitaria por el coronavirus en el país. El Palacio de Hierro, Liverpool, que también es dueño de Suburbia, y Sears, del Grupo Sanborns, están por cumplir tres meses con sus sucursales cerradas como medida para evitar un mayor número de contagios de coronavirus. Pero la reapertura es inminente.

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“Las empresas han tratado de mantener sus plantillas de empleados durante estos meses. Pero pagar sueldos sin vender ha representado una descapitalización brutal. Han echado mano de líneas de crédito para poder sobrellevar esta situación, pero el cierre de las tiendas no puede extenderse más meses”, dice Javier Salas, director de estudios económicos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio Y Departamentales (ANTAD).

Las tiendas departamentales que forman parte de la ANTAD sintieron el golpe más duro de la emergencia sanitaria durante abril, cuando sus ventas cayeron 76.6%, comparado con el mismo mes de 2019. Aunque en mayo continuó la inercia negativa, fue menos profunda, de 50.1%.

En medio de este panorama, Salas estima que la recuperación no será sencilla. “Veo difícil que la previsión de inicio de año se cumpla. En enero, el crecimiento esperado en 2020 era de 3.5% y si ahora vamos en -50%, pues nos falta mucho para llegar. Las ventas se van a recuperar, pero difícilmente vamos a llegar a los niveles que teníamos antes de la crisis de salud”, comenta Salas en entrevista con Expansión.

Para el director de Estudios Económicos de ANTAD, la crisis económica que ha dejado la pandemia a su paso será la principal barrera que enfrentarán las departamentales para recuperar sus ventas en los próximos meses, ya que, ante el cierre de empresas y la subsecuente pérdida de empleos, los consumidores serán más precavidos respecto a sus compras.

“Nadie va a querer comprar ropa o zapatos. Los consumidores están a la expectativa de que les pueden bajar el sueldo o de que pueda cerrar su empresa. Por ahora, estamos viendo que la gente está redirigiendo sus recursos a sus necesidades básicas”, comparte Salas.

Para hacer frente a la caída en las ventas, los asociados de ANTAD han desplegado ofertas para que los consumidores puedan adquirir bienes durables o semi durables en los canales de e-commerce. Para Carlos Hermosillo, analista independiente de consumo, las departamentales tienen que adecuar sus esquemas a nuevas experiencias de compra, además de elevar la apuesta por los canales de comercio electrónico, que han tenido un repunte por el aislamiento social.

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Reaperturas con sana distancia

A la par que las departamentales trabajan en robustecer sus plataformas de comercio electrónico, alistan robustos protocolos de higiene para abrir las puertas de sus tiendas físicas, conforme las autoridades estatales cambien el semáforo a la luz naranja. No obstante, el pronóstico de venta es reservado.

“El segundo trimestre va a estar bastante golpeado y más débil que el primero. Aunque en la segunda mitad del año habrá una ligera recuperación respecto al primer semestre, va a ser difícil recuperar el ritmo que se tenía antes de la pandemia con una capacidad limitada en las tiendas”, dice Hermosillo. “Regresar a los niveles de facturación con menos gente en el piso de venta va a ser complicado. Las cadenas van a tratar de hacer que los clientes sean más eficientes, que eleven su ticket de compra, aunque hagan menos visitas”, añade.

De acuerdo con el semáforo diseñado por la Secretaría de Economía para regular la reapertura de las distintas actividades económicas, las tiendas departamentales arrancarán con un aforo del 30% en cada una de las sucursales. Además, habrá restricciones para el acceso: a todos los clientes se les pedirá el uso de cubrebocas, se les tomará la temperatura antes de ingresar, se les proporcionará gel antibacterial y se les pedirá pasar sobre tapetes sanitizantes para limpiar su calzado.

Después de pasar estos controles, los clientes encontrarán detrás de los mostradores a dependientes equipados con cubrebocas, caretas y guantes. Algunas departamentales también implementarán pruebas rápidas para detectar posibles casos asintomáticos de COVID-19 entre sus empleados antes de ingresar a las tiendas.

Si bien las departamentales quieren hacer una reapertura con precaución, Salas cuenta que la idea de levantar la cortina metálica nuevamente también ha generado “un poco de ansiedad” ahora que la epidemia se encuentra en franco crecimiento, con más de 23,377 decesos y 191,410 contagios detectados hasta el martes.

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