El sector restaurantero ha sido uno de los más afectados por la pandemia de coronavirus en el mundo. Con miles de establecimientos cerrados para contener los contagios de COVID-19 u operando solo para entregas a domicilio o para llevar, las pérdidas han sido millonarias. En México, hasta mayo habían cerrado definitivamente más de 30,000 restaurantes, según la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac). Por eso, Artemio Santos, director general de KFC México, reconoce que la marca tiene pocos motivos para quejarse: este año bajará su ritmo, pero crecerá.
¿Hambre? KFC prevé cerrar el año con crecimiento en ventas y locales
La empresa tuvo que cerrar temporalmente 40 de sus restaurantes al encontrarse en las áreas de comida de los centros comerciales (de aproximadamente 420 locales en total), pero sigue adelante con su plan de aperturas, si bien con modificaciones debido a que, como la industria de la construcción no fue incluida en el listado de actividades esenciales, las obras en marcha tuvieron que parar durante el periodo de emergencia sanitaria.
KFC supo sumarse a tiempo al segmento de entrega a domicilio y ha llenado algunos huecos que aún tenía antes de marzo. Santos señala que los 30 restaurantes de la marca que no tenían servicio de delivery ya han sido incorporados al esquema, además de estar ya con las tres principales aplicaciones de entrega (la última se incorporó justo durante los meses de contingencia).
El directivo explica que, entre los pedidos a través de las apps y del propio call center de la marca (que opera de forma remota actualmente), las ventas a domicilio se duplicaron respecto a las órdenes entregadas en el mismo periodo del año pasado.
Solo en el call center de la propia empresa, el número de pedidos incrementó 60%. Además, los consumidores también pudieron, a partir de la emergencia por el COVID-19, realizar su orden a través del servicio de mensajería de Facebook y por Whatsapp. “Son cosas que traíamos dentro de los planes, pero los aceleramos durante estos meses”, afirma Santos.
La cadena de restaurantes, que ha entregado durante estos cuatro meses más de 13,000 menús en hospitales que atienden a pacientes con COVID-19, no solo ha invertido en tecnología, sino también en más de 250 motocicletas adicionales para realizar los repartos, así como equipo de seguridad para la entrega y para el trabajo en la sucursal.
El incremento en los pedidos a domicilio, sin embargo, no será suficiente para mantener el ritmo de crecimiento a doble dígito que traía la marca y que el año pasado fue de 15% (con un aumento en ventas de más de 5,000 millones de pesos, según datos de la empresa), pero Santos se muestra optimista.
“En perspectiva, nos damos por bien servidos y creemos que hemos logrado capitalizar lo suficiente para mantener los empleos”, afirma. El directivo señala que la empresa no ha realizado despidos, aunque sí ha reducido jornadas laborales. “Con la reapertura, evidentemente con todas las precauciones, creemos que podemos tener un crecimiento mismas tiendas de un dígito respecto al año pasado. El tren era de doble dígito, pero ahora sí me parece difícil”, agrega.
En las últimas semanas, la marca ha reabierto varios restaurantes que estaban en proceso de remodelación y reactivado los planes de construcción. Los planes de KFC este año incluían la apertura de 37 nuevos restaurantes, que se quedaran en alrededor de 25, debido a los retrasos generados por el parón en la construcción, que la firma espera acelerar en 2021. La inversión proyectada cambiará y aun no se establece un número final, ya que la mezcla de restaurantes se está analizando también. “Para los restaurantes pequeños, la inversión es de 4 a 5 millones de pesos al año y los de gran escala, entre 17 y 20 millones. No tenemos un número exacto para la inversión de este año porque variará según la mezcla con la que terminemos”, apunta Santos.
La marca cuenta con que durante el segundo semestre se verá una caída en el consumo debido a la crisis económica derivada de la pandemia. De ahí que ha implementado también nuevas estrategias: desde la primera ventana promocional de su servicio de entrega a domicilio, hasta nuevos paquetes y ofertas. “Ahora hay que apelar al antojo y a la inventiva”, reconoce Santos.