Aeroméxico reportó una pérdida neta de 27,422 millones de pesos durante el segundo trimestre del año, ocasionada por la caída de 90% en el flujo de pasajeros a causa de la pandemia de COVID-19, y que equivale a más de 11 veces las pérdidas percibidas en todo 2019, con cual acumuló una pérdida neta de 29,930 mdp en el primer semestre de 2020.
Aeroméxico ha perdido casi 30,000 mdp en lo que va del año debido al coronavirus
Entre abril y junio, la aerolínea reportó una pérdida 11 veces mayor a la percibida en todo 2019, producto de un desplome de 90% en su flujo de pasajeros.
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En el reporte del segundo trimestre enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la aerolínea registró una caída de los pasajeros del segmento internacional de 97%, y de 85.6% del mercado doméstico, luego de ajustar su capacidad en -77.8% en el periodo a raíz de la caída de la demanda por la contingencia sanitaria, que se tradujo en una reducción de 84.5% en los ingresos de la compañía, y llevó a un flujo operativo negativo de 5,019 mdp.
En lo que va del año, la aerolínea ha tenido una disminución de casi 50% de sus ingresos, totalizando 16,682 mdp entre enero y junio.
Aeroméxico también registró un ajuste por el deterioro en el valor de sus propiedades y activos intangibles por 14,541 mdp, además de un incremento en el costo estimado de devolución de aviones por 1,910 mdp y otros costos operativos por 364 mdp.
En este periodo, la compañía tuvo incrementos en algunos canales de ingresos, como el de carga, que aportó 35.5% más ventas que en 2019, sumando 1,443 mdp en el periodo. Hasta el pasado 13 de julio, la aerolínea había realizado 200 vuelos de carga esencial para México y otros 15 países, transportando más de 3,000 toneladas de carga esencial, como equipo médico.
La compañía logró disminuir algunos gastos como el de fuerza de trabajo, que disminuyó en 36%; el de servicios de tráfico y escala, que fue 67% inferior al del mismo periodo de 2019 –producto de una menor cantidad de vuelos realizados–, y el de combustible, que disminuyó en 88.7% con un impulso adicional por la caída de los precios del crudo.
La aerolínea viene de uno de los peores periodos de su historia, con una presión financiera que arrastra desde marzo de 2019 a raíz de la suspensión de vuelos de seis aviones 737 MAX del fabricante estadounidense Boeing, que se mantienen en tierra a raíz de dos accidentes fatales.
Esto, aunado a la pandemia de COVID-19, llevó a la aerolínea a iniciar un proceso voluntario de reestructuración financiera bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota, que le otorgará una flexibilidad en el pago a proveedores y acreedores en Estados Unidos, con lo cual se sumó a otras compañías de la región como Avianca y LATAM.
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