En las primeras cuatro semanas de la contingencia sanitaria –del 16 de marzo al 12 de abril–, el incremento en los niveles de audiencia de la televisión pública fue de 14% comparado con el mismo periodo de 2019. Esto significó que las personas dedicaron 37 minutos más al día a sintonizar canales de televisión abierta, según datos de Nielsen IBOPE. “Fue un momento atípico”, asegura Ana Laura Barro, directora de Cuenta de esta firma de investigación. “El crecimiento del medio fue importante, pasó de un incremento promedio de 5% en las primeras semanas del año a un 14%”.
El auge se debió a factores como la reducción de movilidad que, según la Secretaría de Salud, bajó 67% en promedio el primer mes de la contingencia, el trabajo remoto y la permanencia de los niños en el hogar. También a la necesidad de tener acceso a entretenimiento de bajo costo.
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“La tele abierta permitió divertirse de la forma más gratuita posible. En México, el periodo de encierro fue muy extenso, el golpe económico ha sido importante. La máxima ahora es ahorrar lo más que se pueda y eso implica eliminar gastos de entretenimiento”, explica Gustavo Quiroga, presidente de Quiroga Agencia de Medios.
De acuerdo con datos de la consultora Altman Vilandrie & Company, cerca de 10% de los consumidores mexicanos aseguró haber cancelado los servicios de televisión de paga durante la contingencia.
Lo que se vio
Pero más allá de los factores que favorecieron la migración a la televisión abierta, Barro analiza el auge desde el comportamiento de las audiencias. Lo relevante, dice, fue qué vieron, a qué hora y el tipo de público. Al principio de la pandemia, la gente estaba preocupada por la situación sanitaria y quería saber más del COVID-19. Por eso, entre el 16 y el 22 de marzo, el contenido noticioso creció de forma significativa.