En el mercado doméstico, el avance de la empresa ha sido de poco más de cinco puntos porcentuales, concentrando 33.4% del mercado hasta el pasado octubre, mientras el aeropuerto capitalino transportó a 27.2% de los pasajeros en esta categoría. OMA y ASUR mantienen una cuota en el umbral de 17% del mercado nacional, lo que representa una pérdida de un par de puntos porcentuales en el caso de OMA, pero una ganancia similar para ASUR.
En particular, el grupo se ha visto favorecido por su apuesta al mercado doméstico, aunada al dinamismo de complejos como Tijuana y Los Cabos, considera Brian Rodríguez, analista económico de Monex Grupo Financiero.
“Desde nuestra perspectiva esto es resultado de la estrategia de la empresa de dar prioridad a vuelos nacionales, pero, además, este par de complejos son bastante cercanos a Estados Unidos, lo que ha sido un catalizador para que se mantengan resilientes”, explica.
El reto de mantener el liderazgo
Aunque Rodríguez considera que este liderazgo podría ser momentáneo ante la recuperación de ASUR –que opera complejos clave, como el Aeropuerto de Cancún–, GAP buscará mantener su actual posicionamiento de la mano de su plan de desarrollo.
La compañía ve un amplio potencial para crecer en complejos de Baja California (concretamente mediante el Cross Border Express, que agiliza los cruces hacia Estados Unidos desde Tijuana), así como en Puerto Vallarta, un aeropuerto crucial para el turismo internacional, explica Raúl Revuelta, director general de GAP.
El plan de desarrollo de la empresa contempla inversiones por 15,802 millones de pesos en sus 12 complejos, y si bien se prevé un retraso de las obras por 20 meses, este plazo podría acotarse en función de las condiciones del mercado.