Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Joe Biden y su impulso a los autos eléctricos, ¿cómo impactará a México?

Sonora cuenta con uno de los yacimientos de litio en desarrollo más grandes del mundo, lo que posiciona a México como un socio clave en el objetivo de electrificación del nuevo presidente demócrata.
mié 20 enero 2021 11:12 AM
El vicepresidente llegó a México la noche del jueves. (Foto: Notimex)
Si las tensiones con China continúan, el T-MEC, al que Joe Biden no ha mostrado oposición, proporciona un marco para una cadena de suministro automotriz más sólida en Norteamérica.

El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere hacer de la lucha contra el cambio climático una misión clave de su presidencia. Ya ha dicho que volverá a comprometer a su país con el Acuerdo de París y que quiere establecer un objetivo nacional de cero emisiones de carbono para 2050 dando un impulso adicional a los vehículos eléctricos. Con estos compromisos, el demócrata va en la dirección opuesta a la de su predecesor, Donald Trump, quien restringió los incentivos para la compra de este tipo de vehículos en California, que sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París y que aligeró la presión a los fabricantes de vehículos para reducir emisiones, en beneficio de los combustibles fósiles.

Pero ahora Biden ve en la rápida adopción de los autos a baterías no solo un camino para combatir el cambio climático, sino una forma de estimular la economía, en un momento en el que la pandemia del coronavirus golpeó fuertemente a una de las industrias clave de ese país.

Publicidad

El sitio web de transición del demócrata incluye el compromiso de crear un millón de nuevos puestos de trabajo en la industria automotriz de Estados Unidos, y los vehículos eléctricos están en el centro de la estrategia. Los planes específicos incluyen apoyos para que los compradores se cambien a este tipo de autos, un compromiso para construir medio millón de estaciones de carga y acelerar la investigación y el desarrollo de baterías.

Este nuevo impulso que Biden quiere dar a la electrificación ya está teniendo un impacto en los fabricantes americanos. General Motors, por ejemplo, hizo recientemente una serie de anuncios en los que describe planes agresivos para convertirse en líder de este mercado. Recientemente, revivió la marca Hummer con una pickup eléctrica y anunció el lanzamiento de nuevos modelos para este año. El objetivo es que hacia 2025 el 40% de sus ventas en el mercado estadounidense provengan de este tipo de modelos.

Ford está listo para comenzar a enviar su Mustang Mach-E desde una planta mexicana, mientras que Stellantis, la nueva corporación formada por el grupo FCA y PSA, planea lanzar una decena de nuevos modelos eléctricos a nivel global este año.

También BMW, Volkswagen y Volvo, que invierten mucho en vehículos eléctricos, se están preparando para lanzarlos en Estados Unidos en los próximos años.

Pero incluso con esta avalancha de nuevos modelos llegando a los pisos de venta, los incentivos son esenciales para acelerar la migración, porque el vehículo eléctrico típico sigue siendo inasequible para el comprador promedio de automóviles. El Tesla Model 3 y el Mustang Mach-E, por ejemplo, cuestan cada uno más de 40,000 dólares (aproximadamente 783,000 pesos). Los fabricantes saben que esto todavía es demasiado.

“El reto ahora ya no es tener más oferta de modelos eléctricos sino que sean asequibles”, dijo el martes Carlos Tavares, director ejecutivo de Stellantis,en conferencia de prensa.

El año pasado se vendieron alrededor de 14.6 millones de automóviles nuevos en el mercado estadounidense, pero solo 328,000 se conectan a un enchufe.

Más de un fabricante ha declarado sus intenciones de eventualmente producir un eléctrico que se venda por alrededor de 25,000 dólares (unos 490,000 pesos). Pero para reducir los costos de producción, Estados Unidos debe tener un mayor control sobre la cadena de suministro, comenzando con los materiales críticos de la batería (litio, grafito, níquel).

Publicidad

China controla más de la mitad del suministro mundial de litio, a pesar de no tener casi ningún recurso interno. El país asiático está construyendo más de 100 nuevas plantas de baterías para autos, mientras que solo nueve están previstas para el mercado estadounidense. La mayoría de los cátodos y celdas de batería que se utilizan en los vehículos eléctricos se producen en Asia.

En contraste, Estados Unidos tiene poca producción de estos minerales críticos. Los proveedores estadounidenses de litio, Albemarle y Livent, extraen la materia prima de minas en América del Sur y Australia.

La batería de litio es uno de los siete componentes esenciales, o core parts, que según el nuevo T-MEC deben acreditar un 75% de contenido regional, a fin de que los vehículos eléctricos ensamblados en Estados Unidos, México o Canadá puedan comercializarse entre los tres países libres de aranceles. Y México puede jugar un papel importante en el fortalecimiento de esta cadena regional.

En Sonora está el que ha sido denominado “el yacimiento de litio en desarrollo más grande del mundo”. La firma británica Bacanora Lithium alista el arranque de la mina en dos etapas, la primera comenzará este año con una inversión de 450 millones de dólares, y la segunda, que se prevé arranque en 2023, con un desembolso de 350 millones. Una vez terminada la primera fase, producirá más de 17,000 toneladas de litio, para llegar a 35,000 toneladas en su fase final.

IHS Markit espera que a medida que más fabricantes produzcan más vehículos de baterías habrá más oportunidades para hacer crecer la cadena de suministro de vehículos eléctricos en la región. "El nuevo impulso que la administración de Biden planea dar a los vehículos eléctricos conducirá al desarrollo de proveedores regionales, incluido México. Pero también habrá una mayor presión para que los miembros de T-MEC cumplan con sus compromisos con respecto al desarrollo de energía limpia y mejores condiciones de trabajo", dice Guido Vildozo, analista del sector de IHS Markit.

Aunque el presidente entrante enfatiza la importancia de crear un millón de empleos basados ​​en tecnologías y componentes relacionados con vehículos eléctricos, es poco probable que todas las inversiones lleguen a Estados Unidos o que las empresas reubiquen sus operaciones de México a Estados Unidos. Si las tensiones con China continúan, el T-MEC, al que Biden no ha mostrado oposición, proporciona un marco para una cadena de suministro automotriz más sólida en Norteamérica.

“En principio, nos parece que la designación de Katherine Tai al frente de la USTR (la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos) es una buena designación, que creemos nos permitirá una buena interlocución entre ambos países. Más amable de la que tuvimos con Robert Lighthizer”, dijo Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad