“De alguna manera sí se suma a una tendencia, la verdad es que el mercado de torres ha estado muy activo en los últimos años, ya sea con escisiones o incluso ventas”, explica Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Las empresas se están desprendiendo de este negocio debido a lo costoso que se vuelve para ellas.
Gonzalo Rojón, director y socio de la consultora The CIU, menciona que para el negocio de las torres de telecomunicaciones –que son estructuras que alojan antenas de comunicaciones inalámbricas, desde radio y televisión hasta telecomunicaciones– se requiere tener un buen inmueble, asegurar una buena cobertura, la infraestructura necesaria para colocar las antenas y seguridad para evitar la intervención de terceros o el robo de equipo.
Para empresas como Telefónica, con una deuda que hasta septiembre de 2020 rozaba los 44,800 millones de dólares, mantener ese negocio no es rentable.
El mismo operador dijo, cuando anunció la venta de sus 30,722 torres en Europa y América Latina a American Tower Corporation, que los 9,400 millones de dólares que va a recibir por la transacción reduciría su compromiso financiero en unos 5,600 millones de dólares. En el caso de Vodafone, se espera que lo recaudado en la oferta de acciones se utilice para pagar los adeudos de la compañía.
“Las empresas de telecomunicaciones que empezaron a separar su negocio de torres estaban en una situación financiera compleja, estaban obligadas a ser eficiente su operación al reducir costos, pero no es el caso de América Móvil”, dice Bravo.
En el cuarto trimestre de 2020, la empresa de Carlos Slim reportó una utilidad neta de 37,300 millones de pesos, una cifra 79.6% mayor a la registrada en el mismo periodo del año previo.