Otro de los operadores que también incursionó en el sector financiero es Claro, subsidiaria de la mexicana América Móvil. La iniciativa ‘Claro Pay’, que está activa en Brasil, se forma junto al Banco Inbursa, que pertenece al mismo grupo. Con esta solución, los clientes pueden obtener un crédito personal, además de los servicios de telefonía móvil e internet.
Para Jorge Bravo, la alianza entre lo sectores de telecomunicaciones y el financiero podría llegar a un siguiente nivel si los operadores se unieran a las fintech, que han demostrado ser más ágiles y flexibles que los mismos bancos.
“Los operadores pueden comprar una fintech, crearla o vincularse con ella, esta última opción es la más viable porque no se adquieren activos y se mantiene la eficiencia de las empresas. Aliarse con este tipo de compañías les asegura tener la tecnología y el talento financiero”, refiere.
Así lo hizo AT&T en México. Con la finalidad de ofrecer una nueva solución financiera a sus clientes firmó una alianza con Broxel, una empresa local que permite a la gente manejar sus finanzas a través de teléfono celular. Esta fusión dio lugar a AT&T ReMo, una opción más en el mercado para digitalizar el dinero de aquellas personas que no tienen una cuenta bancaria.
“Desarrollamos AT&T ReMo para beneficiar a más mexicanos. En el último año, al menos seis de cada 10 personas utilizaron menos efectivo, impulsando la adopción de pagos digitales", dijo en un comunicado Gustavo Gutiérrez Galindo, CEO y fundador de Broxel. "Es momento de adaptarse y de formar alianzas estratégicas entre líderes en tecnología, conexión y servicios que respondan a la nueva normalidad".
Los expertos coinciden en que los telcobanks llegaron para quedarse. En el mercado mexicano, donde son relativamente nuevos, tendrán que apoderarse de un nicho de mercado —pymes, comerciantes informales, estudiantes, profesionistas, etc.— para asegurar su crecimiento.
“Poco a poco los vamos a ver estableciéndose en comunidades donde no hay conectividad ni bancos, por ejemplo. Tienen todo el potencial para revolucionar el mercado y las economías donde la gente todavía no está bancarizada”, concluye Juan Sadurní.