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El aumento del costo de la energía también pega a los hoteleros

Luis Barrios, CEO de Hoteles City Express, afirma que "se nos había prometido que ya no iba a haber gasolinazos ni incrementos en la energía, y es lo primero que ha sucedido".
mar 04 mayo 2021 05:00 AM
Hoteles City Express
Los costos energéticos representan entre 4% y 6% de los ingresos en el sector hotelero, dependiendo de cada complejo, advierte Luis Barrios.

Para el sector hotelero, la pandemia ha sido una cuestión de cómo mantenerse operativo. Luis Barrios, CEO de Hoteles City Express, apenas hace referencia a generar utilidades en un momento crítico para los viajes y el turismo, con ocupaciones apenas por encima del 25% en promedio en un inicio de año que no ha dejado de ser adverso.

“La actitud de todo mundo en el sector fue: ‘No se trata de generar utilidades, sino de mantenerse vivo'”, dice el también presidente de la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras (ANCH), nombrado justo en el marco de la pandemia.

Mantener un mínimo nivel de gastos ha sido clave en esta tarea de supervivencia, y mientras se han ajustado costos como los laborales y otros de carácter operativo, algunos se encuentran fuera de sus manos, como los energéticos. Además del rubro de gastos, Barrios habla sobre la expectativa del sector a corto plazo, el desarrollo y el entorno de inversión en México, que, pese a todo, se mantiene atractivo.

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Expansión: Para tener una perspectiva de cómo ha evolucionado la recuperación del sector hotelero, ¿cómo han avanzado indicadores como el de las tarifas?
Luis Barrios: En términos generales, cuando vienen este tipo de problemas de falta de demanda hay de todo en el sector. Muchos participantes tienden a modificar o disminuir su tarifa para tratar de estimular la demanda y captar ese mercado.

El tema de tarifas es un tema de competencia constante; sin embargo, a partir de la pandemia algunos lugares y destinos bajaron. Otro grupo del sector asimiló que no era juego de tarifas y que quien viajaba durante la pandemia era porque tenía grandes necesidades de hacerlo, y seleccionaba su destino o su hotel por la vía de los atributos: qué seguridad me da para evitar el contagio, para el personal y el huésped en todo momento, entonces hubo de dos caminos: el que más o menos aguantó, y quien bajaba para estimular la demanda.

Hay estimaciones. Hubo de bajas hasta de 15 o 20% en promedio en algunos momentos y destinos, así como otros que se mantuvieron bien. Es difícil de prever y analizar cifras de caída de ocupaciones que van a desaparecer (dependiendo de) qué tan rápido regresen las tarifas, pero es un hecho que el que vende por atributos y quien los tiene, no tiene necesidad de descontar, y si lo hizo, rápidamente va a regresar a sus niveles anteriores.

E: Hablando en términos de la rentabilidad hotelera, que es otro componente de la recuperación del sector, vemos que, mientras la tarifa no ha caído tanto, el RevPAR (ingreso por habitación disponible) se mantiene muy por abajo. ¿Qué factores están afectando la rentabilidad?
LB: Definitivamente. Todo mundo vio su RevPAR –o tarifa efectiva– caer dramáticamente principalmente por la vía de ocupación, que a nivel hotelería el año pasado tuvo decrementos de 50% a 55% respecto a 2019. Podrías tener tarifas bajas o altas, pero había limitaciones en el viaje. Al principio había una serie de industrias esenciales y no podían recibir otras cuentas o clientes no relacionados con sectores, eso automáticamente nos redujo el mercado por mandato. Al mismo tiempo todo mundo tenía el temor contagio restringió iniciativa de viaje de consumidor promedio.

Es un efecto que no lo arreglabas con tarifas, era una intención de no viajar de la mayoría de la población. Cuando tienes efectos de ese tipo, el RevPAR no tiene para dónde hacerse. Lo que sí hemos visto es que con voltear a abrir cuando salió la especificación de los semáforos (epidemiológicos), que detectaba el riego de contagio, fue una gran medida porque no nos mantuvimos cerrados y luego abrimos, sino que se fue paulatinamente abriendo la economía e incrementando la movilidad.

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La actitud de todo mundo en el sector fue: ‘No se trata de generar utilidades, sino de mantenerse vivo’, que se traducía en ‘¿cómo opero con mínimo nivel de gastos, mantengo la operatividad, lo mayor posible mi planta productiva, el empleo, para esperar la etapa de reapertura?’

Es un juego ahora de cómo recupero esa productividad o esa parte de las utilidades, pero también con paciencia y con la calma de que no son instantáneas y de que serán sujetas a una oferta y demanda del sector. Es con paciencia, con realismo; todo sector pasó problemas de liquidez, en mayor o menor medida, y tiene que haber creatividad de cómo paliar.

E: ¿No se hace necesario elevar la limitación de los semáforos en la ocupación hotelera?
LB: Siempre mi pensamiento ha sido de libre competencia y de una economía de mercado, no una regulada. En pláticas con las autoridades constantemente hemos mencionado que la oferta y la demanda se regulan solas. Siempre nuestro punto de vista fue: ‘No hay necesidad de poner límites. El puro hecho de que ustedes regulen los sectores esenciales era medida crucial y era la medida para limitar las ocupaciones en los hoteles.

Yo creo que en la medida de que debiéramos tener mas libertades, ya se dieron con estos semáforos. Por suerte ya estamos en varios verdes, otros amarillos donde las limitaciones que no nos hubiera gustado tener pero que ahí están, ya empiezan a ser mucho más holgadas.

A fin de cuentas la demanda debió haber sido la que dictara la ocupación real en los hoteles.

E: ¿Cómo ha evolucionado la parte de los gastos? Los energéticos han ido al alza.

LB: Lo que es inconcebible es que si tú mides los incrementos en gas y en energía, han tenido incrementos muy superiores a la inflación, y en el otro sentido de lo que se nos prometió al inicio de este gobierno, que nos había prometido que ya no iba a haber gasolinazos ni incrementos. Es lo primero que ha sucedido.

Nos vemos muy afectados, definitivamente. El tema energético es uno que vale la pena tomar y en serio, no sólo en sus costos, sino en su origen. Nosotros consideramos que regresar a utilizar recursos no renovables es contradictorio de lo que está sucediendo en la tendencia mundial, y de lo que dictan nuestros acuerdos de libre comercio con los países vecinos, incluyendo el T-MEC. Nosotros nos vemos insertos en esa problemática; por un lado, estamos luchando para ser una industria sustentable a todo lo que da en sus tres ejes: social, económico y ambiental, y aquí nos encontramos con una situación adversa.

Yo espero que ahí se recapacite y se determine la apertura clara para regresar al carril de satisfacer las necesidades energéticas del país por la vía de la energía limpia, en adición a que nos trae ahorros en costos de operación.

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E: ¿Cuánto se han elevado los costos de energía y, de manera más general, el costo operativo de la industria a partir de la pandemia?
LB: No tengo las cifras exactas porque cambian también, como hay cambios periódicos no lo traigo al día. Lo que te puedo decir es que, si tuviéramos energía limpia a precios actuales, tendríamos prácticamente un 30% de ahorro en el costo por kilowatt/hora.

De los costos más importantes que tiene la hotelería, definitivamente uno es el de la energía. Somos –como en todas partes del mundo– de los sectores que más consumen energéticos: los bienes raíces, edificios de oficinas, de vivienda y de hotel. Como entenderás no es un problema sólo para el sector hotelero, sino para el sector inmobiliario, por temas como el aire acondicionado.

E: ¿Qué proporción de los gastos representa la parte de los energéticos?
LB: Te voy a dar rangos, porque hay hoteles más eficientes que otros. Pero te podría decir que anda en el rango de 4% a 6% del ingreso.

E: Hablando sobre el futuro, un rubro que está sobre la mesa es la parte de desarrollo. Hoteles City Express estará apostando más a los contratos de administración y franquicia, ¿qué cambia básicamente a partir de la pandemia?
LB: Nosotros hemos sido una empresa de crecimiento, y te voy a decir la razón. Cuando nosotros iniciamos el concepto de hotel que queríamos desarrollar, no lo había en el mercado. Era un producto que iba con un cierto nivel de tarifa que, a ese precio y la calidad del producto en el país, no tenia las características de servicio y calidad que nosotros estábamos buscando.

Por esa razón, para crear nuestra marca City Express, que queríamos que tuviera una cobertura nacional amplia, era necesario construir los hoteles, no existían, y si hubiéramos usado un esquema de franquicia y administración no hubiéramos llegado a abrir un hotel cada seis semanas durante 17 años consecutivos. Hoy ha sido imposible.

La estrategia de crecimiento de la marca nos llevaba a tener que desarrollar con una actividad de desarrollo y aperturas con una velocidad como la que acabo de mencionar, amén de contar con los recursos para poderlo hacer, que también ha sido otra de las características de City Express, de levantar capital.

Este modelo es uno de empresa hotelera, sí, probablemente de los 60, donde todas las cadenas principalmente norteamericanas tuvieron que seguir el mismo modelo para tener una cobertura nacional importante. Estaremos llegando ya a una economía de escalas suficientemente importante con estos 152 hoteles, que representan alrededor de 17,500 cuartos ubicados en la gran mayoría de los destinos importantes.

Ahorita estamos viendo una contracción. La velocidad de crecimiento de todas las cadenas hoteleras y del sector se va a ver afectada por la crisis tan fuerte que hemos pasado. Recuerda que hemos pasado esta crisis sin ayuda de recursos de gobierno, y vale la pena decir que somos los únicos –en reuniones que hemos tenido– con Argentina que no apoyaron al sector turismo. No le inyectaron recursos a una economía que nos necesita en función de la pandemia.

Hablando personalmente, lo que estamos haciendo es buscar y estar listos y pendientes para la apertura. Ya empezamos a ver crecimiento, sí, pero tenemos un tiempo en que la demanda va a dictar si hay oportunidad de diferentes plazas en estos momentos para arrancar procesos de desarrollo. No es cuestión de la decisión que nosotros queramos tomar ni de los recursos que tengamos, sino es una decisión más que nada de mercado.

E: Su plan de desarrollo contempla 15 complejos, algunos de los cuales tienen como fecha de apertura hasta ultimo trimestre de 2022, ¿se tiene perspectiva de cuándo podrían estar abriendo todos estos complejos?
LB: Nosotros tenemos cuatro hoteles terminados, que están listos para abrirse cuando veamos el crecimiento en la demanda de esos destinos. No hemos parado, vamos a seguir creciendo pero con prudencia.

En el término de cuándo, las estimaciones son difíciles de hacer. Hoy, podríamos ver un México donde probablemente lleguemos a 65%-70% de la ocupación que teníamos en 2019 y una mejoría también para el 2022, quizá llegando a los 90%. Te estoy hablando con una bola de cristal sumamente nebulosa, nada clara.

E: ¿Se tienen identificados proyectos que hayan sido cancelados en la parte de desarrollo?
LB: Creo que hay de todo. Hay hoteles todavía esperando una apertura, que los mantienen cerrados. Hay ciudades que van más rápido que otras, entonces por región sí hay hoteles cerrados en diferentes lugares, y definitivamente construcciones o proyectos de construcción que prudentemente decidieron parar, y otros que ya estaban en tal nivel de avance –como nos pasó a nosotros– que ya era contraproducente pararlos.

Pero a tu pregunta precisa: Sí, hay hoteles cerrados y están esperando muy probablemente la oportunidad de mercado para volver abrir con ocupaciones ya más razonables, no en un mercado con ocupaciones del 5% al 10% porque no tiene sentido.

E: ¿Cómo perciben los inversionistas hoteleros el entorno de inversión?
LB: Definitivamente hubo anuncios muy importantes en la convención de la WTTC , donde viene mucha inversión para el país. La realidad es que sí hay mucha tensión sobre la industria, y es de largo plazo, no es que nazca y se acabe en seis meses porque las inversiones se tardan hacer, y ya que las haces le apostaste a los próximos 40 o 50 años.

Tomando eso en cuenta, diría que vienen inversiones para México. Apetito por México hay. Esperemos que se dé, y vamos a estar muy atentos en lo que está buscando el inversionista porque sí ve una oportunidad en México para el largo plazo.

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