Expansión: Para tener una perspectiva de cómo ha evolucionado la recuperación del sector hotelero, ¿cómo han avanzado indicadores como el de las tarifas?
Luis Barrios: En términos generales, cuando vienen este tipo de problemas de falta de demanda hay de todo en el sector. Muchos participantes tienden a modificar o disminuir su tarifa para tratar de estimular la demanda y captar ese mercado.
El tema de tarifas es un tema de competencia constante; sin embargo, a partir de la pandemia algunos lugares y destinos bajaron. Otro grupo del sector asimiló que no era juego de tarifas y que quien viajaba durante la pandemia era porque tenía grandes necesidades de hacerlo, y seleccionaba su destino o su hotel por la vía de los atributos: qué seguridad me da para evitar el contagio, para el personal y el huésped en todo momento, entonces hubo de dos caminos: el que más o menos aguantó, y quien bajaba para estimular la demanda.
Hay estimaciones. Hubo de bajas hasta de 15 o 20% en promedio en algunos momentos y destinos, así como otros que se mantuvieron bien. Es difícil de prever y analizar cifras de caída de ocupaciones que van a desaparecer (dependiendo de) qué tan rápido regresen las tarifas, pero es un hecho que el que vende por atributos y quien los tiene, no tiene necesidad de descontar, y si lo hizo, rápidamente va a regresar a sus niveles anteriores.
E: Hablando en términos de la rentabilidad hotelera, que es otro componente de la recuperación del sector, vemos que, mientras la tarifa no ha caído tanto, el RevPAR (ingreso por habitación disponible) se mantiene muy por abajo. ¿Qué factores están afectando la rentabilidad?
LB: Definitivamente. Todo mundo vio su RevPAR –o tarifa efectiva– caer dramáticamente principalmente por la vía de ocupación, que a nivel hotelería el año pasado tuvo decrementos de 50% a 55% respecto a 2019. Podrías tener tarifas bajas o altas, pero había limitaciones en el viaje. Al principio había una serie de industrias esenciales y no podían recibir otras cuentas o clientes no relacionados con sectores, eso automáticamente nos redujo el mercado por mandato. Al mismo tiempo todo mundo tenía el temor contagio restringió iniciativa de viaje de consumidor promedio.
Es un efecto que no lo arreglabas con tarifas, era una intención de no viajar de la mayoría de la población. Cuando tienes efectos de ese tipo, el RevPAR no tiene para dónde hacerse. Lo que sí hemos visto es que con voltear a abrir cuando salió la especificación de los semáforos (epidemiológicos), que detectaba el riego de contagio, fue una gran medida porque no nos mantuvimos cerrados y luego abrimos, sino que se fue paulatinamente abriendo la economía e incrementando la movilidad.