Volvo se comprometió a ser una empresa de carbón neutro para 2040, en línea con el acuerdo climático global de París de 2015, que busca limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Uno de los pilares para cumplir con el ambicioso objetivo es que los modelos con baterías representen la mitad de sus ventas en 2025 y el 100% a partir de 2030.
Pero despedirse de los autos a combustión interna no es un proceso ni sencillo ni barato. Además de invertir millones de dólares en el desarrollo de nuevos modelos a baterías, la marca desplegará infraestructura de recarga en todos los mercados en donde tiene presencia.
Volvo instalará 300 cargadores en México durante este año en los principales mercados de consumo de vehículos eléctricos, como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Las estaciones estarán en centros comerciales, universidades, oficinas o restaurantes. “Estamos buscando espacios en donde las personas puedan aprovechar el tiempo mientras sus vehículos se cargan”, dijo Cavazos.
El tiempo necesario para el modelo en un cargador de corriente alterna es de seis a ocho horas (el 80% de la batería), mientras que en otro de corriente directa -o de carga rápida- es de 40 minutos.
En una segunda fase, la marca buscará instalar más cargadores para conectar ciudades e incluso países. “Nuestra meta es conectar, por ejemplo, a la Ciudad de México con Nueva York o con Los Ángeles”, dijo Cavazos.
Los modelos híbridos enchufables ya generan una quinta parte de las ventas de Volvo en México y Cavazos espera que la versión eléctrica de XC40 represente entre el 10% y 15% de las ventas de este modelo, que suman poco más de 1,000 unidades en lo que va del año.
El directivo adelantó que el primer trimestre de 2022 Volvo lanzará un segundo modelo eléctrico, el C40. A diferencia del XC40, el hatchback únicamente se vende con un sistema de propulsión eléctrico.