La inversión se destinó a la construcción de una nueva nave, a la adquisición de maquinaria y a la habilitación de áreas de servicio como dos nuevos comedores, una sala de lactancia y la ampliación del área de servicio médico. Fue una expansión de 18,000 metros cuadrados.
Hoy, la planta de Cuernavaca produce neumáticos para auto y camioneta, de tamaño mediano –rin 13 hasta 22– y provee tanto a plantas armadoras, como las de Mazda, Volkswagen, Nissan, Toyota, General Motors, BMW e Infiniti, como a refaccionarias. Antes de la expansión, la planta tenía capacidad para producir seis millones de neumáticos al año y ahora sumó un millón de unidades adicionales.
"Más de 60% de la producción son medidas de rin superiores a 16 (pulgadas) y parte de esta inversión fue para ampliar la producción de las medidas 20, 21 y 22, que son las que usan los SUV, así como fabricar llantas tipo runflat", dijo Edgar Cárdenas, director de Manufactura de Bridgestone México.
Los recientes paros en las plantas armadoras, debido a la escasez mundial de semiconductores, provocaron la cancelación de pedidos a Bridgestone. La caída de la demanda por parte de las automotrices –detalló Cárdenas– generó la cancelación de pedidos entre 10% y 15%.
Pero la empresa lo ha compensado con mayores pedidos por parte de las refacciones, que están atendiendo la demanda rezagada durante el confinamiento. "Esto nos ha permitido mantener el volumen de producción en la planta", dijo Cárdenas.
La planta hoy labora de lunes a domingo, con dos turnos que cubren las 24 horas del día.
Vehículos eléctricos y reforma eléctrica
Bridgestone no ha sido ajena a la migración que atraviesa la industria automotriz hacia la electrificación. "Estamos preparando la fábrica para atender a este mercado que está creciendo muy rápidamente. También nos estamos preparando para atender a las plantas que fabrican eléctricos, así como a flotillas de autónomos", dijo Zendejas.
Entre los retos que Bridgestone vislumbra hacia adelante para poder incorporar la producción de estas nuevas tecnologías a la planta mexicana está tener una energía a precios competitivos.
"Lo que más nos preocupa es no tener condiciones competitivas de producción. México tiene que ser competitivo frente a otros mercados en sus costos de producción", apuntó el directivo.