El endurecimiento de la NOM-044-SEMARNAT-2017, que regula el máximo de emisiones contaminantes de los vehículos pesados, ha generado momentos agridulces entre la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las armadoras, los distribuidores y los transportistas. Pero luego de casi media década de jaloneos, respecto a cuál sería la mejor forma para reducir las emisiones del transporte, ambos frentes finalmente coincidieron en que, por ahora, la alternativa más viable es promover la adopción de tecnologías más limpias en concordancia con las fuentes de energía disponibles en cada región del país.
Las motorizaciones de diésel más “limpias” disponibles en el mercado -EPA 10 y Euro VI- requieren de diésel de ultra bajo azufre, sin embargo, aún hay algunas regiones en el país que no tienen disponibilidad de este combustible. Además, la escasez de semiconductores, también ha afectado la capacidad de las plantas armadoras de producir más vehículos con las últimas tecnologías.
Debido a estos inconvenientes, la Semarnat decidió flexibilizar la norma y permitir la coexistencia en el mercado de la tecnología anterior, la EURO 5 y EPA 07, con la nueva, la EURO 6 y EPA 10. “Es una decisión muy acertada de la Semarnat… Es algo que se había trabajado con ellos”, dijo en entrevista Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact). “Estamos comprometidos con el medio ambiente, con la reducción de las emisiones, pero acorde a la realidad energética del país”, añadió.