“La pandemia nos ha hecho pensar que planificar es un error. Hay que ir sobre la marcha y ver los avances semana con semana y tener la capacidad de adaptación. El cine siempre se enfrenta a la adversidad: se filma en desiertos, en el Polo Norte, en junglas y sabemos que hay que adaptarse de forma continua y es lo que estamos haciendo ahora”, afirma Chavezmontes.
Antes de la llegada del COVID-19, la distribuidora se encargaba de la llegada a los cines de entre ocho y 12 películas, entre producciones propias y distribución. Con los cierres para evitar los contagios, este número se fue a cero, al igual que sus ingresos. Chavezmontes, que también es guionista, además de productor, cuenta que la estrategia se iba modificando continuamente, a medida que evolucionaba la pandemia.
Con la tentación de regresar a las salas durante el verano del año pasado, los productores decidieron esperar a que hubiera un plan de vacunación para poner en cartelera sus filmes. “Tuvimos que ser más realistas y decidimos esperar y planificar gastos para abordar el reto. Y esto nos permitió mantener la nómina y los gastos”, agrega el productor.
PIANO también participó con una aportación para el Fondo de Emergencia Audiovisual que se creó para apoyar a los trabajadores de los sets de filmación que se quedaron sin ingresos por el parón en los filmes. Esta iniciativa fue impulsada por Alejandro González Iñarritú y Guillermo Del Toro, entre otros personajes reconocidos del cine mexicano.
Para sus fundadores, aún existen desafíos en la distribución de películas debido a que no todas las salas de cine tienen un aforo al 100%, y no hay certeza respecto sobre cuándo terminarán estas limitaciones de movilidad, que se ajusta de acuerdo al número de contagios.
Resistir a la pandemia
Los fundadores de PIANO se conocieron cuando trabajaron juntos en Mantarraya Films. Ambos se enrolaron en la producción de Halley, la ópera prima de Hofmann, filmada en 2012 y que se estrenó en 2013, durante el festival de cine de Sundance. La experiencia de esta filmación les llevó a crear juntos la casa productora, a punto de celebrar una década de historia.
Los socios pudieron sortear la crisis que ocasionó la pandemia debido a que la mayor parte de sus producciones se encontraba en etapa de postproducción, por lo que el trabajo remoto fue una posibilidad. Eso sí, con el desafío de tomar decisiones en condiciones anormales, como los ajustes de sonido o color, sin estar en una sala de mezcla o con un proyector como herramienta.