Paul Sánchez Campos, analista independiente del sector energético, señala que hay preocupación, debido a la incertidumbre que hay en cuanto a qué ocurrirá con quienes ya operan bajo estos esquemas.
“Los autoabastos no están permitidos en la ley. A menos que se cree un régimen de excepción, los compradores se quedan sin mecanismos de compra. Tampoco se sabe qué va a pasar con los generadores, porque la ley solo dice que se van a cancelar los permisos que fueron otorgados y los que están en solicitud en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pero no explica sí habrá algún transitorio”, afirma el especialista.
En caso de que la reforma eléctrica sea aprobada, empresas como la cadena de supermercados La Comer o el operador de restaurantes Alsea, que utilizan energía renovable para la operación de sus tiendas, podrían verse obligadas a cancelar sus compras para que sea la CFE quien se encargue de proveer la electricidad que utilizan, que en su mayoría, produce de fuentes no renovables. Aunque por ahora, ya reestructuran sus estrategias.
Rogelio Garza, director de administración y finanzas de La Comer, prevé que la propuesta tenga un impacto de entre 15 y 20% en sus gastos totales de energía, que dependerán de las condiciones en las que se apruebe el proyecto presidencial. Por ahora, puso pausa a las inversiones en paneles solares para sus tiendas en México.
“Tenemos que cancelar o poner en pausa toda esa inversión para ver cómo se desenvuelve la reforma, pero esperamos que, al menos, la parte de autogeneración por paneles solares en nuestras tiendas no sea afectada”, dijo el directivo durante la conferencia con analistas para comentar los resultados del tercer trimestre de este año.
Y no es la única. Alsea también dará un giro de timón. Directivos de la dueña de Starbucks analizan las opciones para reducir el consumo eléctrico en sus sucursales, aunque no adelantaron la estrategia para lograrlo. “Debemos hacer nuestro trabajo para disminuir el gasto en este renglón, independientemente de lo que pase fuera de nuestras manos, como pudiera ser un cambio en las reglas [del sector eléctrico] por una posible reforma”, dijo Rafael Contreras, director de administración y finanzas de la compañía, en conferencia con inversionistas.
“El impacto puede ser significativo, algo alrededor de medio punto porcentual [en los gastos operativos], pero no catastrófico. Es una de las presiones que se pueden aguantar y no subir inmediatamente los precios al consumidor. Antes tienen que trasladar el mayor costo de insumos básicos en materia prima o productos finalizados [en caso de los retailers], que usualmente es mucho más relevante para la estructura de costos”, dijo Carlos Hermosillo, analista bursátil independiente.