La reforma eléctrica, cuya discusión pública comienza hoy, puede causar un aumento por encima del 1,000% en el uso de algunos combustibles fósiles, de acuerdo con un estudio publicado hace unos días por el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos.
El documento, dice, “no es una previsión de los efectos futuros de las enmiendas [a la regulación]”, sino que simula el comportamiento del mercado eléctrico mexicano en un periodo de 12 meses –terminado el 31 de agosto pasado– en un supuesto en el que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya tuviera la facultad de aumentar el uso de sus centrales de generación eléctrica y de garantizar el máximo uso de éstas, como se plantea en la iniciativa de reforma enviada desde presidencia y que se encuentra por ahora en comisiones de la Cámara de Diputados.
El estudio plantea tres diferentes escenarios, en todos ellos se toma como base una priorización de las centrales propiedad del Estado, pero en diferente magnitud. En el primero proyecta un escenario en el que se garantice el nivel mínimo de producción de las plantas de la CFE y el último maximiza la utilización de éstas y da menos prioridad a los contratos de Productores Independientes de Energía (PIE) y al resto de los generadores privados.