En un vuelo casi simultáneo desde Cancún al aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) y al recién inaugurado Felipe Ángeles (AIFA), Grupo Expansión pudo comprobar que el ahorro de tiempo en el aterrizaje no compensa el del traslado a la capital del país, como se había prometido.
#Crónica: Dos aeropuertos, un mismo destino: la Ciudad de México
Para hacer la prueba se tomaron dos vuelos con horarios programados similares de despegue y aterrizaje en la misma aerolínea.
El primero (Y4 1013) tenía como hora de salida las 11:01 AM (hora de Cancún), con aterrizaje a las 12:34 PM en el AIFA (hora CDMX), es decir, una duración de dos horas con 33 minutos.
El segundo partía a las 11:16 AM (hora de Cancún) con llegada a las 12:41 al AICM (hora de la CDMX), dos horas con 25 minutos. En teoría, ambos aviones deberían haber aterrizado con siete minutos de diferencia.
Vuelo de Cancún a Santa Lucía (NLU)
Con una sala de espera llena, personal de Volaris comenzó con la revisión de equipaje de mano a las 10:32 de la mañana, para iniciar el abordaje 10 minutos después.
La hora de despegue estaba programada a las 11:01 de la mañana. Un minuto después de lo planeado, el avión comenzó a rodar por las pistas del Aeropuerto de Cancún y despegó a las 11:20.
El vuelo se llevó a cabo sin complicaciones ni contratiempos mientras estaba en el aire.
Aterrizaje en el AIFA
A las 12:19 horas el vuelo aterrizó en Santa Lucía. El personal de Volaris anunció que se había llegado con 15 minutos de anticipación . Rodó hasta la posición cercana a la terminal de pasajeros durante cinco minutos e inmediatamente comenzó el descenso.
Igual que en la partida un día antes, en el vuelo inaugural de la ruta, no se usaron brazos pasillos telescópicos. Los pasajeros salieron del avión por las escaleras convencionales y caminaron aproximadamente 10 metros a las puertas de la terminal de pasajeros.
Al interior, las personas continuaban aprovechando cualquier lugar en donde apareciera el nombre del aeropuerto para tomarse una fotografía por estar recién inaugurado, mientras caminaban a la sala de equipajes. Desde el primer punto de ingreso hasta los carruseles de las maletas, el trayecto duró 12 minutos.
En el camino se pudo ver que en el exterior continuaban los trabajos de jardinería y acabados de techos para cubrir del sol. Mientras llegaba el equipaje, las personas aprovecharon para usar uno de los baños temáticos, sin embargo la mayoría de los lavabos no funcionaba y la luz tenía un fallo, pues parpadeaba.
En la sala había tres bandas con una en funcionamiento para recoger el equipaje de dos vuelos. En la sala de llegadas internacionales hay cuatro más.
Al salir, ya estaba esperando una empresa de taxis y tres de renta de autos. Algunas personas se detuvieron para pedir informes, pero la mayoría avanzó para explorar la terminal.
En la planta baja del inmueble el único comercio abierto y terminado era Starbucks. Además había un espacio reservado para una sucursal de HSBC y BBVA, pero no hubo ningún otro local habilitado.
Al explorar la planta, se pudo notar que hay unas partes inconclusas, pero que no afectaban el funcionamiento del aeropuerto. En el segundo piso estaban los módulos de documentación de Viva Aerobús, Volaris y Aeroméxico con personas pidiendo información.
En ese nivel se encuentra la salida directa a Plaza Mexicana, la explanada pensada para albergar conciertos, por lo que las personas aprovechaban para salir y tomarse fotografías en el letrero de “México” y para ver la torre de control. En el sitio hay escaleras que llegan de forma directa al estacionamiento, pero al bajar todavía había construcciones.
En la zona también está la entrada directa a la que será la estación del Tren Suburbano, el cuál operará a finales de 2023.
El transporte
En la zona de salidas ni en el resto de la terminal había información disponible sobre partida de autobuses o camionetas. Al preguntar al personal del módulo de información sobre las opciones a la Ciudad de México, explicó que por un bloqueo en la carretera a la altura de Indios Verdes, la única corrida fija era de la línea ODT a las 17:00 horas, mientras los vuelos habían aterrizado a las 12:24.
En conexiones al Estado de México o a otros puntos no había ninguna información. Sólo esperaban que llegaran camionetas en algún momento, debido a que por ser los primeros días no había información sobre los recorridos, horarios o frecuencia.
Una de las opciones que quedaron era tomar un taxi de dentro de las instalaciones. El costo a la alcaldía Benito Juárez era de 850 pesos, y al centro de la ciudad 650 pesos. Si se quería que el trayecto fuera por autopista para llegar más rápido, eran 60 pesos más. Sin embargo, había retrasos de entre 40 minutos y una hora y media debido a la demanda y el bloqueo.
La otra alternativa era pedir un servicio de aplicación, pero al no ser permitidos por el AIFA, se debía caminar durante dos horas al exterior o usar el Mexibús para salir de las instalaciones.
Al cotizar los servicios, desde el AIFA hasta el Zócalo de la CDMX el costo era de 519 pesos y Uber marcaba que no operaba en la zona.
La única opción fue usar la ampliación del Mexibús. La ruta a la estación de Metro más cercana era subir en la estación del AIFA a Ojo de Agua y de ahí transbordar para usar el servicio exprés hasta Ciudad Azteca.
El ingreso al medio de transporte, por el inicio de operaciones fue gratuito y con corridas cada 10 minutos. Al momento de entrar al vehículo eran las 14:15 horas. Se recorrieron tres estaciones dentro de las instalaciones: Terminal de Pasajeros, Hacienda, Combustibles y Glorieta militar, en donde se encuentran los museos. Entre ambos puntos se hicieron 18 minutos de trayecto.
El costo del Didi al estar fuera de la ciudad militar fue de 339.97 pesos y de Uber 299.97 pesos. Para continuar en Mexibús, había cinco estaciones más: Tecámac, San Francisco, Ozumbilla, Loma Bonita y Ojo de Agua. Para llegar a esta última el traslado fue de 50 minutos. En el lugar se debía salir de unos torniquetes para entrar a otros con un costo de nueve pesos, ya que los autobuses del AIFA son exclusivos para ese trayecto.
La opción más rápida era tomar el servicio exprés del medio de transporte para llegar a Ciudad Azteca en el menor tiempo posible, ya que hace menos paradas. Luego de media hora de espera, llegó la unidad. De este punto, a la terminal en Ecatepec, fueron 20 minutos más. En total, el tiempo de recorrido de Felipe Ángeles al Metro fue de dos horas y cinco minutos.
Vuelo Cancún - AICM
El vuelo al aeropuerto capitalino estaba programado a las 11:16 de la mañana -tiempo de Cancún-, pero el embarque de pasajeros comenzó a las 11:26. Tras casi media hora de abordaje, a las 11:51 los sobrecargos cerraron la puerta de la aeronave e inició el carreteo hacia la pista para despegar a las 12:05 horas.
Durante el vuelo, una pasajera sufrió una descompensación debido a la altura de la aeronave, por lo que tuvo que ser atendida por los sobrecargos.
Al sobrevolar por los límites de Veracruz e Hidalgo, el piloto recibió la indicación del aeropuerto de la Ciudad de México de aplicar un patrón de espera, por lo que el avión redujo la velocidad de viaje, salió momentáneamente de su ruta para dar vueltas en círculos hasta recibir la indicación de continuar su camino.
Este procedimiento se utiliza generalmente cuando existe tráfico aéreo o es invertido el sentido del aeropuerto.
Aterrizaje en el AICM
El vuelo Y4701 Cancún - AICM aterrizó en la capital a las 13:16 horas -por la diferencia de horario- con un tiempo final de vuelo de dos horas con once minutos, lo que significa que, pese al patrón de espera, mantuvo el retraso de 30 minutos desde un inicio.
“Una disculpa por la ligera demora, hicimos todo lo posible por aminorarla, pero debido al alto flujo de tráfico (aéreo) en la Ciudad de México, no nos fue posible” explicó uno de los pilotos a través de los altavoces ya en tierra.
Luego de poco más de 20 minutos de carreteo rumbo a la posición de desembarque, los pasajeros descendieron. Quienes no documentaron salieron de la terminal aérea de inmediato y aquellos que requerían pasar al área de reclamo de equipaje donde tuvieron que invertir entre 20 y 30 minutos más, mientras aparecía su maleta.
Transporte desde el AICM
Los pasajeros que llegaron en el vuelo Y4701 a la Ciudad de México provenientes de Cancún tuvieron distintas opciones de traslado; ya sea que un familiar haya pasado por ellos, que tomen un vehículo por aplicación, taxi autorizado cuyos costos varían, dependiendo del tipo de vehículo y zona de la ciudad a la que se dirigen.
Otra opción de transporte en la Ciudad de México es el metro por cinco pesos o si se requiere, al salir a Circuito Interior, se puede tomar un RTP por cuatro pesos, una combi con tarifa de cinco a 10 pesos o un taxi convencional.
Existen también terminales de autobuses que conectan con destinos como Querétaro, Puebla, Acapulco, Veracruz, Cuernavaca, Oaxaca, entre otros y un metrobus que sale de la terminal 1 del AICM que conecta por 30 pesos con el centro histórico, con una escala en la terminal de autobuses TAPO.
En el ejercicio se comprobó que el aeropuerto de la Ciudad de México mantiene retrasos por la saturación de sus operaciones aéreas, sin embargo esa demora se compensó con la facilidad para salir de la terminal y la gama de opciones para conectar con distintas zonas, apoyado por el horario del vuelo, por lo que cada quien puedo elegir el que más le convino.
Caso contrario si dicho vuelo fuera nocturno, ya que muchas opciones económicas disminuyen pues dependen del horario de servicio como el metro, RTP y transporte concesionado.