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Reforma eléctrica: ¿qué está en juego en la Cámara de Diputados?

La discusión en el legislativo ya ha comenzado, con argumentos que apuntan más hacia la ideología. La reforma marcaría la puesta en marcha de un nuevo sistema eléctrico.
dom 17 abril 2022 06:32 PM
Electricidad
electric transmission station in the silhouette of the sunset

La dinámica del mercado eléctrico ha sido modificada desde los primeros días de esta administración. Pero el tiro de gracia podría darse este domingo con la votación de la reforma constitucional enviada por el presidente hace seis meses y discutida entre los legisladores desde inicios de año.

El futuro del documento es incierto. Morena, el partido del presidente, no tiene los votos necesarios para su aprobación y los intentos de negociar con la oposición, principalmente con el PRI, parecen no haber sido exitosos. La discusión ha iniciado cinco horas más tarde de lo previsto y se ha teñido de tintes ideológicos, acusaciones de traición y de defensa a intereses privados o extranjeros.

Estos son los puntos clave de la reforma que se discute en Diputados:

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Adiós al mercado eléctrico

La iniciativa plantea la desaparición del mercado eléctrico mayorista, una de las principales bases de la reforma de 2013. La razón: el documento propone la cancelación de todos los contratos otorgados a empresas privadas, elimina las subastas eléctricas y quita su independencia al Centro Nacional de Control de Energía –que hasta ahora es el operador del mercado de corto plazo, donde las empresas venden y compran energía– para que pase de nueva cuenta a ser parte de la estatal CFE.

El documento elimina todas las figuras bajo las cuales participaban las compañías en el mercado –como generador, usuario calificado o suministrador– y desaparece los Certificados de Energías Limpias, que también se intercambiaban en el mercado. Ahora, toda las actividades de generación quedarían a cargo de la estatal mexicana.

La creación del mercado mayorista quitó el monopolio de generación eléctrica a la CFE, dando paso a la entrada de compañías privadas y extranjeras. Su creación se basó en la idea de priorizar el uso de energía de menores precios –generalmente producida por compañías privadas que poseen plantas solares y eólicas–, con lo que las plantas propiedad de la estatal quedaron relegadas debido a sus altos costos de producción.

La nueva tesis de la reforma eléctrica es totalmente contraria. El documento plantea una repartición de la participación en la generación eléctrica y propone que al menos el 54% sea producida por la estatal mexicana y hasta un 46% por las empresas privadas dueñas de alguna central.

CFE, el todopoderoso

El documento plantea dar a la estatal la figura de organismo del Estado con personalidad jurídica y patrimonio propio. Los detalles no han sido definidos del todo, pero la iniciativa adelanta que la compañía tendría independencia de gestión y de presupuesto. La idea de que la CFE sea una más del mercado eléctrico desaparecería por completo para darle pie a convertirse en diseñador de la política eléctrica, una función que hasta ahora tiene la Secretaría de Energía.

La estatal sería el ente exclusivo de garantizar la generación eléctrica en el país y, al sumar a sus filas al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), tendría la facultad de decidir cómo operar el sistema eléctrico nacional, qué electricidad comprar y de qué centrales y en qué orden se sube a la red.

La compañía buscará crear un sistema de competencia entre privados, dice el documento, y “despachará en orden al mérito de costos de producción, conforme a los requerimientos de seguridad y confiabilidad del sistema eléctrico nacional”. Pero esto aún es ambiguo y otorga a la compañía discrecionalidad en sus decisiones, dicen los analistas.

La iniciativa también plantea la desaparición de las subsidiarias en las que está dividida la compañía y solo conserva CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos.

Cancelación de contratos y un nuevo sistema eléctrico

Uno de los puntos más álgidos del documento se basa en la cancelación de los contratos otorgados durante sexenios pasados y de todos los permisos que actualmente están en trámite.

La iniciativa dice que las centrales eléctricas podrán ser parte del nuevo sistema eléctrico y vender su electricidad a la estatal CFE. Pero el documento da algunas advertencias y dice que algunas plantas de autoabasto –que hayan operado bajo un esquema distinto al autorizado– no podrán vender su electricidad a la compañía y tampoco se adquirirá la generación excedente de los Productores Independientes de Energía.

“Las centrales eléctricas podrán seguir generando electricidad y competir para ofertar los menores costos de producción, para que sea adquirida por la CFE a través del Cenace, en el corto y largo plazo, para beneficio de los usuarios finales”, dice el documento.

La CFE buscará firmar algunos nuevos contratos con las compañías para la venta de potencia, coberturas financieras, adquisición de electricidad y otros servicios, pero la iniciativa no da más detalles sobre este punto.

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