De concretarse, agrega Oriol Bonaclocha, esta venta no solo traería al grupo marcas tan reconocidas como Paleta Payaso, Bubulubu, Dulces Vero, Coronado o chocolates La Corona, sino que también lo fortalecería al integrar el talento de los colaboradores de Ricolino a las filas de Mondelēz: una revitalización completa en el 95 aniversario de la compañía.
La envidia de Willy Wonka
Es inevitable contrastar esta actualidad con los orígenes de la empresa, que se remontan a 1927, cuando surgió la marca Chiclets®, la primera goma de mascar, entonces creada por el coronel Adams. La empresa fue creciendo paulatinamente, mediante adquisiciones estratégicas.
Su actual CEO recuerda que, en la década de los 50, la compañía compró las galletas de Nabisco®, y la siguiente década adquirió las marcas Philadelphia® y Oreo®. Ya en los 70, trajo a la familia Trident® y así, sucesivamente, ha ido expandiéndose, mediante: “Marcas amadas, que realmente han trascendido en todos estos años, generando conexiones humanas con el consumidor”, expresa.
La capacidad de la cadena de suministro de Mondelēz ha crecido a la par de sus productos y a niveles récord. Tiene, por ejemplo, la fábrica de caramelos y chicles más grande del mundo, ubicada en Puebla. De igual forma, posee la fábrica de galletas más grande del mundo en Salinas, Monterrey, mientras que desde su planta de Ecatepec fabrica y exporta uno de sus productos estelares: el queso crema Philadelphia®, con insumos 100% nacionales.