En México hay una flota de casi 600,000 camiones -o unidades motrices de carga, según la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes-, y la Canacar estima que cerca del 10% se encuentra está estacionado por la falta de operadores.
Hace 50 o 40 años, eran comunes las familias que tenían uno o más camiones. Estos eran operados por los padres, quienes se encargaban de transportar mercancías de un punto del país a otro. Los hijos crecían y querían imitar los pasos del padre. También querían ser operadores de un vehículo de gran tamaño.
“Hoy la situación es muy diferente, ya no es lo mismo”, sostiene Medrano. La inseguridad en carreteras, que va al alza, es un detractor para que las nuevas generaciones quieran ser choferes, dice en entrevista con Expansión, en el marco de la Convención Canacar 2022.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la incidencia delictiva mientras se desempeña esta actividad sumó 7,416 percances de enero a julio de este año, lo que significó un incremento de 2.2% frente al mismo periodo del año pasado.
Además de la inseguridad, el sector enfrenta a nivel global un big problem: los jóvenes no consideran la conducción de camiones como una carrera. La edad promedio de los conductores es de 44 años, según datos de la Secretaría de Economía, y la escasez actual solo empeorará a medida que estos conductores se jubilen, a menos que la industria pueda alentar a los millennials a ponerse al volante de los grandes camiones.
La Canacar creó 23 centros de creación de operadores, denominados como “semilleros”, además de que ha impulsado la implementación de la carrera Técnico Profesionista en Operador de Autotransporte de Carga, en Tampico, Tamaulipas, con la expectativa de que egresen cerca de 90 alumnos por generación.
“Queremos trabajar junto con la sociedad y con el gobierno para hacer la profesión del operador realmente atractiva y hacer que realmente sean rentables, porque estamos ante muchos retos”, resalta.