“Las empresas armadoras tienen un compromiso global, del año 2035 al 2050 no solo cambiarán de tecnologías (motor de combustión por electrificación), sino que también para la fabricación de todos los autos deberán de utilizar energías limpias… México requiere energías limpias suficientes, disponibles y a precios competitivos, es fundamental”, subraya.
México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial como productor de vehículos ligeros, estando por detrás de países como China, Estados Unidos y Japón, entre otros.
El mismo entorno preocupante se extiende a la fabricación de autopartes. Francisco González, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), destaca que la adopción de energías limpias en sus esquemas productivos es un cambio que debe de realizarse, al formar parte determinante en la cadena de valor del sector.
México es el principal productor de autopartes de Estados Unidos y el número uno a nivel América Latina. En el primer semestre del año, el valor de la producción de autopartes suma alrededor de 52,477 millones de dólares.
Tanto Estados Unidos como Canadá acusan un "trato discriminatorio" hacia las empresas energéticas de dichos países para participar en el sector del almacenamiento, importación y comercialización de combustibles, así como la generación de energía bajo esquemas privados, en favor de la empresa eléctrica estatal de México, la CFE, y la empresa estatal de petróleo y gas, Pemex.
González agrega en entrevista con Expansión que, si bien la disputa en materia energética aún está en proceso de consultas, esto podría trascender a un panel, lo que podría culminar en la imposición de aranceles a varios productos mexicanos –como los autos o algunos productos agrícolas– y, en el mediano plazo, generar un “ambiente de negatividad” para las inversiones, con motivo de los compromisos ambientales adquiridos por los agentes económicos a nivel global.