Las mujeres son las principales consumidoras de disfraces a nivel global (57.3% del total), seguidas de hombres y niños. Las tiendas especializadas son el primer canal de comercialización, seguidas de ventas en línea y supermercados.
En México, el mercado está pulverizado entre pequeñas empresas y negocios informales, y el ánimo renovado de los consumidores para volver a las calles ha dado un impulso a la venta de disfraces y accesorios, que los pequeños comerciantes y los talleres que los fabrican celebran.
Un mercado pulverizado en México
Ángeles Martínez, quien tiene un taller de costura en la alcaldía Iztacalco, relata que en medio de la pandemia tuvo que vender la mitad de las máquinas de su taller de fabricación de disfraces para sobrevivir. Y aunque desde el regreso a clases ya hay una mayor demanda de disfraces, Martínez aún no logra recuperar los niveles de venta que tenía previos al Covid-19, pues sus principales clientes, como el mercado de La Lagunilla, en el centro de la Ciudad de México, dejaron de comprar para vender el inventario rezagado en sus bodegas.
Aún así, Martínez ve en los disfraces de moda una oportunidad para generar ingresos. “Hay unos (disfraces) que siempre se venden, como la Llorona, los diablos y las Catrinas, pero a los de moda podemos ganarles más, porque se venden un poco más caros y son los que nuestros clientes más piden”, dice Martínez. “El año pasado fue el uniforme de El Juego del Calamar (una serie original de Netflix) y ahorita el más más buscado es el de Chucky”, revela.
Los fabricantes han tenido que trasladar los incrementos de hasta 20% en los costos de sus principales insumos, como hilos, listones y hasta rellenos, a las etiquetas de los disfraces. Un fenómeno generalizado dentro de la industria del vestido. La ropa de vestir, en general, registra un aumento de 4% de diciembre del año pasado a septiembre, según datos de Inegi.
Los precios de los disfraces en el negocio de Cristina López, en el Mercado San Joaquín, en la colonia Peralvillo, van desde los 200 a los 500 pesos, dependiendo del personaje y la talla. Este año optó por ofrecer pagos en parcialidades para contrarrestar el fenómeno inflacionario.
“Sí hay más venta que el año antepasado, casi el doble, pero en 2020 estábamos cerrados. Aunque ahora los clientes regresan al mercado, tienen que repartir el gasto”, dice López.
Otros consumidores optaron por hacer sus disfraces. Astrid Ochoa prefiere esta opción, ya que además de resultarle más entretenida, también le permite ahorrar dinero. “En algunos casos sí me ahorro mucho, porque compro una misma tela que uso para varios disfraces. Sí en dos disfraces me gasto 500 pesos, en hacerlos me invierto la mitad”, dice.
Un futuro tecnológico
El estudio El mercado global de disfraces: oportunidades, análisis y pronostico 2021-2030 prevé que el uso de la tecnología blockchain y la producción de textiles y materiales inteligentes impulsarán significativamente el crecimiento del mercado de disfraces en los próximos años.
El uso de la impresión 3D y la fibra óptica de corte por láser son las últimas tendencias en el mercado de disfraces. Todas estas tecnologías de sensores y computadores que ayudan y se adaptan a las emociones de los usuarios.