Para Carlos Zegarra, socio líder de management consulting en PwC México, el transporte es uno de los rubros donde las empresas buscan reducir costos mediante el nearshoring, por lo cual invertir en este campo resulta clave.
“Analizamos el costo promedio de la producción de la industria de manufactura en general en China y México, y si trasladas tu capacidad de manufactura para proveer a Estados Unidos, tienes una disminución promedio de 23% en costos de producción, por un menor costo de mano obra y aranceles”, explica.
Mientras que China ofrece un salario promedio mensual en manufactura de 840 dólares, en México es de 480 dólares al mes, según datos de la firma Dezan Shira & Associates. Pero la infraestructura logística y transporte que hay en China, incluida la red más grande del mundo de trenes de alta velocidad y autopistas en términos de kilometraje, permite que los productos se transporten de manera eficiente al interior del país.
El concepto de "nearshoring" despegó después de la guerra comercial entre China y Estados Unidos en 2018, cuando los aranceles sobre productos chinos llevaron a algunas empresas a reconsiderar la viabilidad del país asiático como una plataforma de manufactura global.
Más recientemente, las estrictas medidas de control de Covid-19 impuestas en China, en un momento en que la mayoría de los demás países se están reabriendo, han reavivado la discusión sobre la relocalización de la producción.
Modernización y ampliación de capacidad logística
La diversidad de medios de transporte ha sido un elemento que ha jugado a favor de México. De acuerdo con un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), mientras un 72% de los vehículos terrestres y sus partes son transportados en ferrocarril, más del 50% de las máquinas y material eléctrico se mueven por carretera. Más de la mitad de los combustibles y minerales se mueven vía marítima, mientras las piedras y metales preciosos se transportan por carga aérea.
Pero estos sistemas requieren modernizarse, por una parte, y ampliarse para hacer frente a un potencial incremento de flujos de mercancías, sobre todo en puertos clave en México, como Manzanillo –que se ha mantenido saturado al ser el mayor receptor de contenedores del país– y Lázaro Cárdenas, que apenas ha podido seguirle el ritmo a la llegada de cada vez más vehículos desde Asia.
Algunos de los próximos proyectos de inversión del gobierno federal resolverían parte de esto. En el Presupuesto de Egresos 2023, por ejemplo, se contemplan más inversiones para ampliar 11 puertos , recursos que se destinarían principalmente a recintos como el de Veracruz, Altamira y Lázaro Cárdenas.
No obstante, en otras regiones, como el sureste del país, se requiere de mayor infraestructura para aprovechar el potencial en sectores como el de los commodities, refiere Alejandro Chavelas, analista de Credit Suisse.
“Hay oportunidades que tiene el país un poco más complejas, que probablemente sí requerirían tener una mejor infraestructura”.
Además, con datos de CBRE, la firma estima que el nearshoring concentró alrededor de 40% de la demanda de naves industriales al norte del país en el primer trimestre del año, cuando en años anteriores apenas había representado un 15%.
Por ello, los especialistas coinciden en la necesidad de trabajar conjuntamente para atraer más empresas, e incluso en la importancia de crear una comisión dedicada al rubro.
El reporte de la Cepal señala que, para potenciar las capacidades del país de atraer inversión extranjera directa por factores como el nearshoring y otros, es importante que se desarrollen programas públicos para mejorar la infraestructura de las cadenas de logística.
“Particularmente en lo referido a los sistemas de transporte y a los servicios de energía, que son esenciales para mantener la competitividad internacional”, concluye.