Lo mismo pasó con las compañías cerveceras donde su inventario y producción se terminó, fue entonces que un empaque de seis cervezas llegó a costar más de 300 pesos en tienditas que administraron su pequeña riqueza; todo para tratar de aplacar la ansiedad. Algunas cadenas de suministro aún no acaban de recuperarse de este pico de demanda instintiva casi tres años más tarde.
Nos dimos cuenta de que hoy ninguna cadena de suministro es independiente y son sumamente complejas. Los dispositivos médicos, los autos y los videojuegos, por mencionar algunos ejemplos, compiten por los mismos escasos productores de microchips. También descubrimos que ni todos los contenedores del planeta, de todas las navieras, fueron capaces de trasladar mercaderías suficientes para abastecer la demanda de una población mundial en crisis y con miedo o pánico.
Hoy la escasez de autos, de medicamentos, de dispositivos médicos, entre otros, sigue siendo una realidad en pleno umbral de 2023. La pregunta es si en el futuro debemos construir cadenas de suministro resilientes a prueba de balas con recursos e inventarios sólidos o bien cadenas de suministro flexibles, capaces de leer y ajustarse rápidamente. Mi recomendación es tener una mezcla de ambas. Acá unas propuestas de hoja de ruta:
El costo de producción no es todo
El fabricante de calzado internacional VANS descubrió que de nada sirve tener un bajo costo de producción chino si debe mover su mercadería en contenedores de más de 16,000 dólares y que además deben esperar un mes varados en los puertos californianos para llegar a sus miles de tiendas en Estados Unidos de América.
La demanda de naves industriales en la frontera mexicana se ha incrementado un 40% de 2022 a la fecha; incentivos fiscales y la confirmación reciente de México en el tratado comercial soplan viento en popa a un fenómeno conocido como nearshoring. Tijuana y Ciudad Juárez son ejemplos de sedes en un pleno crecimiento de PIB y demanda laboral.
Siempre la planeación
Hoy el S&OP (Sales and Operating Plan) no es suficiente; las compañías modernas saben que están obligadas a planear con más frecuencia. Hay que poner termómetros constantes en los centros de consumo y demanda, pero es tal la cantidad de “datos” que prácticamente es imposible hacerlo con la mente humana. Es necesaria la ayuda de herramientas modernas de entendimiento y procesamiento.
Hoy el uso de BI (Business Intelligence o bien Inteligencia Empresarial) o también herramientas de Inteligencia Artificial han dejado de ser recursos de ciencia ficción para convertirse en facilitadores de empresas que buscan no “ahogarse” en el océano de datos y convertirlos en información relevante que facilite la toma de decisiones.
Estos modelos también permiten ajustar la propuesta on line de comercialización que rápidamente ha sustituido a los vendedores de puerta en puerta. Hoy un director que no usa la Inteligencia Empresarial es como un tuerto en tierra de poblaciones que tienen tres ojos.
Flexibilidad como tarjeta de presentación
Hoy existe gran cantidad de herramientas tecnológicas y físicas que permiten flexibilidad de producción. Algunos productores de pañales como la europea Ontex en Tijuana o Puebla puede producir con agilidad para México, Estados Unidos o Centroamérica pañales para bebés, toallas femeninas, productos para incontinencia ligera o bien pañales para adultos.
Esto claramente les permite ajustar las velas del barco ante un cambio de vientos. Otro ejemplo es la reciente compra de la compañía libanesa Interdeli y Deli por Grupo Herdez, que de la noche a la mañana puede empacar conservas, moles, hummus o jocoque seco y todo cerca de sus mercados objetivos.