La economía mexicana tiene actualmente, desde la perspectiva de Gurría, una oportunidad para mejorar. Considera que el “nearshoring” es un “traje hecho a la medida” para el país, lo que vuelve elemental evitar controversias en materia comercial.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) solicitó a finales de julio consultas para la solución de controversias surgidas en materia energética, al amparo del capítulo 31 del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), argumentando que las acciones de política pública y regulatorias del Estado mexicano habían impactado negativamente a las empresas estadounidenses del sector energético. Días después, Canadá se sumó a Estados Unidos en su demanda.
“Parece que el nearshoring lo mandaron a hacer a la medida para México, por ello, es el peor momento para tener disputas comerciales, además es el peor momento para estar diciendo que es un tema de soberanía. No son temas de soberanía, son temas, simple y sencillamente, de negocios, de dinero y hay que resolverlos así, con enorme pragmatismo. Rápido”, asegura en el marco del Members Meeting 2022 de El Gran Bajío.
El sector automotriz, el principal generador de divisas en el sector, ha externado su preocupación en torno a la política energética de México y la contraposición que genera con sus dos principales socios comerciales: Estados Unidos y Canadá.
Gurría resalta que para aprovechar el reacomodo de las cadenas de valor, así como el contexto actual, como la guerra entre Rusia y Ucrania, México debe ser “cuidadoso” con las señales que le otorga a la iniciativa privada, pues es “legitimo defender intereses comerciales y legítimos de México, pero debemos de tener consciencia de esta extraordinaria coyuntura que existe en el mundo”, agrega.
Para este año, considera que el crecimiento de la economía mexicana será “anémico”, de máximo 1.5%, en medio de un entorno marcado por una inflación mayormente inducida, es decir, que proviene por factores externos al país.
La cifra luce desalentadora considerando que en las últimas dos décadas, el crecimiento promedio del país había sido de 2%. Agrega que las previsiones de diversos especialistas apuntan a que del 2023 al 2032 el avance será también del 2%, lo que significa que serán 35 años de un bajo dinamismo.
“Vamos a tener 35 años de crecer a menos del 2%... Esto explica los rezagos en salud, en seguridad, infraestructura, etcétera”, añade. "Hemos crecido poco, a menos del 2% durante más de una generación, eso pone en perspectiva y explica qué es lo que le está pasando a México".