Lo anterior no pasa en el Bajío. Diego Bocard, CEO de Grupo Argo, destaca que más al centro del país existe disponibilidad en los parques industriales, además de fuerza laboral lista para ser empleada, volviendo la región más atractiva, observando un mayor interés por aquellas firmas adheridas a la cadena de valor del sector automotriz y aeroespacial.
Por ejemplo, en un parque industrial de la compañía ubicado en San Luis Potosí donde están instaladas 40 empresas, 30% del total expandió sus capacidades en el último año, además de que en los últimos seis meses han levantado la mano para integrarse al complejo cinco compañías más. Para los próximos tres años, prevé que los agentes económicos instalados podrían acrecentarse hasta un 60%.
“Es una cuestión orgánica. Se llena el norte y las empresas deciden bajar, empiezan a buscar nuevas oportunidades… Se dan cuenta que llegan al Bajío y que sus empresas hermanas o también competidores, ya están instaladas, lo que les genera más seguridad en la inversión”, resalta en entrevista con Expansión.
La relocalización de las plantas productivas, fenómeno conocido como “nearshoring”, se está viendo impulsado por aquellas empresas que buscan mudar sus complejos de Asia a México y también, por el interés de empresas europeas que ya cuentan con operaciones en el país y ahora buscan incrementarlas, como es el caso de Bosch y Pirelli, que en fechas recientes anunciaron inversiones por 225 millones de dólares y 114 millones de euros, respectivamente, como parte de sus planes de expansión en Guanajuato.
Sarah Basic, consejera de Asuntos Económicos de la embajada de Alemania en México, considera que existe un gran interés por inversionistas de aquel país en llegar al Bajío, principalmente por su acceso tanto al Pacífico como al Golfo, lo que resalta como una ventaja en materia logística.
“Vemos muchas inversiones, pequeñas y grandes, de empresarios alemanes que se están sumando”, dijo durante su participación en el Members Meeting 2022 de El Gran Bajío.